martes, 27 de agosto de 2013

Del texto, La teoría de la complejidad y su influencia en la escuela.


Por Mario Arturo García Estrada

En el texto, "La teoría de la complejidad y su influencia en la escuela", se propone como ejemplo señalar que la escuela como institución tradicional reproduce y transmite el sistema condicionando a los individuos a entender en el mejor de los casos, reducciones y segmentos del conocimiento que paralelamente lo desvinculan o aíslan de la colectividad y su ambiente. “La ciencia moderna es tan buena dividiendo los problemas en pequeñas partes que a menudo olvida juntarlas de nuevo”. 

Ante esto la teoría de la complejidad propone comprender la complejidad de la vida, sin reducciones, más bien por el contacto entre la propia percepción de los individuos con su realidad, tal y como sucede en los Caracoles, comunidades zapatistas autónomas, donde existen avances organizativos en educación, salud, economía, género, justicia y agro-ecológica, gracias a la formación generadora de conocimiento.

“Los niños van avanzando conforme a sus resultados y las materias son elaboradas en cada Caracol, para que el pueblo las revise, las corrija y las apruebe. Matemáticas, Historia, Naturaleza, Lenguas (local y español)… aprenden a producir, a defender su entorno, a valorar su cultura y tienen sus propios libros de texto (Milenio 25/Ago/2013)”.

Epistemología de la Complejidad.

Por Mario Arturo García Estrada. 

Me parece que la lectura de Edgar Morin hace un recuento de varios aspectos de la epistemología de la complejidad. En primer lugar me llama la atención que la complejidad radica en el enredamiento de las interrelaciones y la lógica de esas interacciones, no en el número exponencial de las interacciones. También señala el autor que existe resistencia a la complejidad cuando surge un conocimiento nuevo y que incluso ese nuevo conocimiento se puede etiquetar como una regresión y no como un avance. 

Además indica que la ciencia debe incluir lo singular y lo local, relacionándolo con el universo politemporal en donde las interacciones deben ser entendidas como asociaciones y conjuntos organizados, no como partes separadas. Asimismo, Morin argumenta que el orden, el desorden y la organización no son solo antagónicos, sino que se complementan y que la dialéctica entre esa complementariedad y el antagonismo es donde habita la complejidad. Por último menciona que para comprender la problemática de la organización social hay que tener en mente que las interacciones entre individuos producen sociedad, pero es la sociedad la que produce al individuo. 

Como conclusión el autor entiende que la complejidad de conocer el conocimiento, propone voltear la mirada al cerebro hipercomplejo, y no es precisamente un acto de contorsionismo ocular aunque así pareciera, sino un acto en el que concebimos que lo que permite el conocimiento es al mismo tiempo lo que lo limita y por lo tanto necesita del encuentro e intercambio entre investigadores concientes de que no existen epistemologías soberanas, pues evitan el desarrollo de las competencias y su articulación con otras competencias para forman el bucle completo y dinámico, el bucle del conocimiento del conocimiento.