miércoles, 31 de agosto de 2016

Aproximación sociológica a "Corre, Lola, corre"

Antes de desarrollar el comentario correspondiente a esta actividad, considero necesario traer a colación las sabias palabras pronunciadas por Emile Durkheim al comienzo de sus Reglas del Método Sociológico:

“El calificativo de social se usa con poca precisión. Se lo emplea, por lo común, para designar todos los fenómenos generalmente difundidos dentro de una sociedad, por escaso que sea su interés social. Pero con este criterio, no hay prácticamente actos humanos que no puedan ser llamados sociales. Todo individuo bebe, sueña, come y razona; y a la sociedad le interesa que estas funciones se realicen de una manera ordenada; no obstante, considerarlas como hechos sociales implica negar la existencia de un objeto propio de la sociología y confundir su dominio con el de la biología y el de la psicología” (DURKHEIM, Emile; Las reglas del método sociológico, La pléyade, Buenos Aires, 1978, p. 29)

Con base en dicho razonamiento podemos preguntar: ¿Cómo analizar una película desde un punto de vista estrictamente sociológico? ¿Qué elementos de la exposición audiovisual resultan relevantes desde esta perspectiva? ¿Debe de orientarse el análisis al estudio de la forma o del contenido audiovisual? ¿Con qué propósito la sociología hace este tipo de análisis?... Hablar en términos estrictamente sociológicos de cualquier tema es una tarea sumamente compleja. Como nos lo advirtió atinadamente Durkheim, no por hablar de la sociedad o de alguna de sus manifestaciones se está haciendo análisis sociológico; la cita que reproduzco en este texto lo deja más que claro. Si tenemos en cuenta que la sociedad es el objeto de estudio material de por lo menos todas las ciencias sociales, resulta comprensible la dificultad inherente a la delimitación formal del objeto de estudio sociológico. ¿Cómo distinguir de forma clara que elementos de la producción audiovisual son sociológicamente significativos, en oposición a los que pudieran ser objeto de la filosofía social, la estética, la antropología social, la lingüística estructural o comparada, la psicología social, la economía, la historia, el psicoanálisis, la ética o incluso de las propias artes audiovisuales o la literatura?  

Creo, desde mi limitado punto de vista, que el análisis sociológico de las producciones audiovisuales se presenta como uno de los más novedosos instrumentos de aproximación al fenómeno social. Si efectivamente el trabajo analítico del sociólogo no es otro que la reconstrucción sistemática de ciertos aspectos de la realidad social, las producciones fílmicas se nos presentan como uno de los productos de la cultura más ricos en cuanto a la aglomeración de sentidos y significados. En la producción audiovisual están orgánicamente estructuras una serie de imágenes y sonidos que nos remiten de forma inmediata al conjunto de ideas, creencias, roles y normas de una sociedad; y aunque su contenido narrativo tienda a ser de naturaleza ficticia, no por eso deja de ser, en cierto sentido, un reflejo fidedigno de la sociedad que la produce. A su vez, en una producción audiovisual se dan de forma sucesiva dos momentos: el del trabajo creativo y de organización inherente a la producción fílmica, y en segundo, el del contenido discursivo propio de la trama o historia que busca ser expuesta. En el “film” y a partir de él, el sociólogo puede rastrear y comprender las peculiaridades propias de una época o una sociedad.

Pero la intención de este trabajo no es hablar de la metodología de la sociología del arte sino extender algunos comentarios de carácter sociológico en torno a la película “Corre, Lola, corre”.

El primer elemento sociológicamente relevante que pude identificar en la película se encuentra en el breve diálogo que mantiene un narrador –que por cierto, no vuelve a entrar en escena en toda la película- con la audiencia que está delante del televisor. Tras lanzar una serie de preguntas el narrador nos cuestiona: ¿por qué así y no de otra forma? Esa pregunta es desde el punto de vista sociológico, capital. ¿Por qué las cosas acontecieron así y no de otro modo? ¿Qué factores y de qué forma se relacionan para llegar a este resultado? Veo en esta película un formidable intento por parte del director por explorar el mundo de posibilidades de la acción humana. Al formular una trama compuesta de tres situaciones hipotéticas, el director nos sumerge en un ejercicio de experimentación social bastante interesante.

En cada una de las tres hipótesis el director explota el mundo de posibilidades –y complejidades- suscitados por la detonación de un acto esporádico, contingente. La relación de lo simple y lo complejo se hace manifiesta en el desarrollo lógico de cada una de las hipótesis. Un acto aparentemente insignificante puede traer consecuencias funestas –o gratificantes- para los actores involucrados y no involucrados. Es aquí donde el elemento social sale a flote. Aunque el desarrollo argumentativo de la trama gira en torno a dos personajes, resulta imposible poder comprender sus acciones si no es en función a su interacción con los otros. Esto queda claro en la situación de Lola y su padre, pero también se pone de manifiesto en la interacción que viven Manni y la señora invidente que le presta su tarjeta de teléfono para efectuar una llamada. En el último caso la interacción cara a cara tiene una significación menos intensa que la que puede tener Manni y Lola, esto debido al grado de interés y de intimidad de los actores que interactúan. Sin embargo, ambas situaciones, independientemente de la intensidad de la interacción, acarrean consecuencias significativas para todos aquellos que directa e indirectamente comparten un mismo escenario.

Es evidente que la intención del director va mucho más allá de la simple resolución de la trama de sus personajes. Da la impresión de que en realidad lo que busca es problematizar el significado de la interacción humana. Visto desde esta perspectiva no me parece extraño que los recursos narrativos se hallan resulto en lo que en términos sociológicos solemos llamar “tipos ideales”. Bien vistas, cada una de las tres hipótesis que configuran la trama de la película no son más que tipos ideales que buscan poner de relieve, amplificándolas, ciertas tendencias modernas. No cabe que duda que esta película nos muestra un panorama general de la sociedad berlinesa de principios del siglo XXI. Las tendencias, creencias, formas de interacción, instituciones y normas sociales que sobresalen por medio de las imágenes y sonidos de este filme pueden ser, y sin lugar a dudas lo son, vestigios que nos pueden ayudar a tratar de comprender el sentido y significado de las acciones sociales que de alguna u otra manera influyen en nuestra vida como actores.

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