domingo, 13 de octubre de 2013

La familia.
Discernir en torno al complejo asunto de la familia, me hace recordar que en el proceso de reflexión existen una gran cantidad de variables o enfoques y que cada una por su propia inercia o connotación revelan lo complejo del asunto.
Todo esto en clara alusión a que se debe tomar un concepto, enfoque o variable procurando no omitir ninguno de los componentes que emanan de tal concepción y con la firme intención de llegar a un punto. Por ejemplo, si se cita un concepto como economía, debo asumir el compromiso que esta variable implica. Habré de destacar todos los elementos inherentes que confluyen, tales como bienestar, administración de ingresos, utilidad, consumo, ahorro, administración de egresos, incluso el mismo concepto de administración, se debe definir...
El objetivo es demostrar que en la sociedad compleja de la familia es determinar hasta dónde una familia es capaz de evidenciar o eliminar el desperdicio que se hace de los recursos, imaginando, desde luego, que esta familia posee herramientas o técnicas que le ayudan a optimizar y a comprender todo cuanto se consume en el núcleo familiar, para que de esa forma les resulte significativo.
Entonces, se debe empezar por sacrificar un porcentaje del ingreso, desprenderse de todo aquello que no es útil o benéfico, proponiéndose guardar "los cambios" que resulten de cualquier transacción...
El panorama se aclara cuando el desperdicio no existe, se ha fragmentado a su mínima expresión o sencillamente se ha optimizado lo que se consideraba misión imposible.

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