miércoles, 20 de noviembre de 2013

Reporte de la Introducción del libro: Pensar rápido, pensar despacio; del autor Daniel Kahneman.



Al principio de ésta lectura Kahneman comienza expresando que al escribir este libro piensa mucho en el espacio donde se encuentra el dispensador de agua en una oficina, el cual muchas ocasiones sirve como punto de reunión para compartir opiniones e intercambiar chismes, (de lo cual le surge ésta pregunta) ¿Por qué nos interesan los chismes?, (a la que el mismo responde) nos interesan porque es mucho más fácil y más entretenido encontrar y etiquetar los errores de otros que reconocer los propios.

Ésta reflexión es muy importante ya que la mayoría de las personas prefieren hacer juicios de valor sobre las actividades y acciones de los demás, que detenerse un momento a analizar su propia situación, ya que en el remoto caso de que lo hicieran, quizás todo su mundo se derrumbaría al ver lo miserable que es su existencia, al estar criticando y viendo  los errores de los demás que dedicarse a  vivir su propia vida.

También nos dice que un conocimiento más profundo de juicios y decisiones requiere igualmente un vocabulario más rico que el del lenguaje que usamos cada día y que la mayor parte de nuestras impresiones y pensamientos surgen en nuestra experiencia consciente sin que sepamos de qué modo ocurre éste proceso. Por otro lado el trabajo mental que produce, intuiciones y multitud de decisiones se desarrolla silenciosamente en nuestras mentes y nos da el siguiente ejemplo:

Cuando conducimos nuestras vidas, normalmente nos dejamos guiar  por impresiones y sentimientos, y la confianza que tenemos en nuestras creencias y preferencias intuitivas normalmente está  justificada. Pero no siempre ya que con frecuencia estamos seguros de nosotros mismos cuando nos equivocamos y que es más probable que un observador objetivo detecte nuestros errores antes que nosotros mismos. Por esta razón Kahneman nos aconseja que para mejorar la capacidad de identificar y comprender los errores en juicios y decisiones en otros, debemos de ser capaces de analizar reconocer los propios.

En el apartado “orígenes” nos narra cómo fue la experiencia de haber trabajado al lado de  Amos Tversky, en la cual nos dice que fue muy divertida, agradable, respetuosa, interesante y sobre todo enriquecedora intelectualmente, ya que ambos se complementaban de una manera muy amena al más puro estilo de Marx-Engels, Adorno-Horkheimer etc.; en éste sentido él nos dice que “es mucho más fácil esforzarse por lograr la perfección cuando nunca se está aburrido”, además de que en ningún momento ninguno de los dos rechazó jamás nada de lo que el otro dijera, a pesar de que en muchas ocasiones eran ocurrencias que les venían a la mente en un momento dado y que incluso con mucha frecuencia Amos con frecuencia veía la clave de sus vagas ideas, de una forma mucho más clara que el propio Kahneman ya que Amos pensaba con más lógica, teórica y con un infalible sentido de orientación.

Kahneman nos narra una anécdota en la que una vez ambos llegaron a predecir la futura profesión de los niños que conocían, basándose en ideas absurdas y determinadas por el estereotipo del  comportamiento ciertos profesionistas, (cito)”llegamos a identificar al abogado polemista de tres años, al profesor chiflado y al psicoterapeuta empático y algo entrometido”.

Si bien ellos en su inicio lo hicieron como una ocurrencia para divertirse, al parecer éste ejercicio o experimento del pensamiento fue lo que dio origen a los test de orientación vocacional.

De lo anterior podemos concluir que, no hay pensamientos incoherentes si se les da la importancia necesaria, ya que si se analizan y estudian con una perpectiva seria, las "ocurrencias"  pueden llegar a formar grandes corrientes del pensamiento, que en el caso de la sociología y otras ciencias, muchas de las metodologías que hoy se aplican, empezaron con la simple curiosidad de analizar ciertos comportamientos del ser humano o los fenómenos que ocurren en la naturaleza, por ejemplo, la etnometodología desarrollada por Garfinkel, se enfoca en el analisis conversacional y las diversas formas en las que las personas utilizan el lenguaje para dar explicaciones sobre sus acciones. 

Kahneman y Amos llamaron disponibilidad heurística a la confianza de facilidad en la búsqueda memorística, es decir, es la confianza que brindan las estadísticas, datos periodísticos, noticias de radio, tv, internet etc., sin llegar a investigar seriamente un hecho.

Más adelante nos dice que los científicos sociales basan muchos de sus postulados a partir de comportamientos humanos específicos, por ejemplo los científicos sociales de los 70´s aceptaban dos ideas generales de la naturaleza humana: primera, la gente es generalmente racional y su pensamiento normalmente sano: segunda, las emociones como el miedo, el afecto y el odio explican la mayoría de las situaciones en las que la gente se aleja de la racionalidad.

Para finalizar con la introducción de éste libro Kahneman hace una breve referencia a la heurística y los sesgos de la mente, que de acuerdo a la psicología cognitiva, la heurística cognitiva, son atajos mentales que utilizamos para simplificar la solución de problemas y que nos permiten realizar evaluaciones en función de datos incompletos y parciales, es decir, que es algo muy similar a la deducción. Por otro lado los sesgos cognitivos son la tendencia a sacar una conclusión incorrecta en una circunstancia determinada en base a factores cognitivos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario