miércoles, 11 de diciembre de 2013

Ejercicio de observación a una institución

En esta observación me dirigí a la catedral de Guadalajara, en el centro de la ciudad sobre la avenida 16 de septiembre En cruce con Hidalgo, fui en días de media semana entre dos y cuatro de la tarde. Por el momento en el que fui había mucha gente circulando por la zona, tráfico vehicular y el vaivén colorido típico del área. Dentro y fuera de la institución católica había algunos grupos de extranjeros turistas contemplando la imponente iglesia y los puestos de artículos comerciales situados casi en la entrada del lugar.
Generalmente todas las personas que van caminando por la avenida del templo miran hacia él con respeto, se persignan e incluso en algunos percibí alegría, claro que, también hay otros que sólo pasan por ahí (una minoría). La gente entra y sale con frecuencia; siempre hay alguien queriendo ingresar, supongo, por su comportamiento, con distintas finalidades. En mi caso yo sólo ingresé a realizar un ejercicio de observación, hay quienes van a conocer o sólo observar y los que ingresan con fines religiosos como rezar, escuchar la misa, recibir la bendición, comulgar y/o confesarse. Aunque, en casos particulares, vi algunas personas como en son de refugio para dormir o esperar alguna limosna de buena fe.
Fuera de la catedral hay tres puestos con gran variedad de artículos religiosos como biblias de todos tamaños, estampitas de santos, pulseras con algún mensaje  o imagen católica, rosarios, veladoras, etcétera. Supongo que dicho negocio en un país, o más precisamente, en una ciudad tan fiel al catolicismo debe tener óptimas ganancias, pues, pude observar en varias ocasiones la compra-venta de esta mercancía.
Ya adentrado en la iglesia, observé que había dos señoras en la parte frontal, en parte de lo que le llaman el altar impartiendo series de algunas oraciones y al menos unas 30 personas (adultas y/o mayores) dispersas escuchando y siguiendo éstas desde las bancas, al mismo tiempo que esto ocurre, alrededor habíamos muchas personas mirando las imágenes y escenarios que contiene el lugar.
Entre las imágenes y escenarios más comunes por esta iglesia y su religión encontré varias esculturas o figuras de Jesucristo sangrando, crucificado o muerto. También la figura y pintura de la virgen de Guadalupe, que no podía faltar, santos, ángeles entre otros sacerdotes destacados o clérigos históricos y, por supuesto, la bandera de México contrastando el segundo símbolo más “mexicano”, la guadalupana.
Me sorprendió el flujo de personas que entran y salen, muchas tomando fotos o haciendo algo moralmente no correcto y que no se hiciera señalamiento de esto, pero supongo que la idea es: a la casa del señor todos son bienvenidos.


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