jueves, 12 de noviembre de 2015

La complejidad, "una complejidad que es compleja"

Edgar Morin nació en 1921 en París, Francia. Su pensamiento no puede entenderse como un corpus final, sellado, sino más bien como un proceso que, en su devenir mismo, marca una vía epistémica de la que participamos, siempre abierta a las posibilidades. El suyo es un pensamiento en movimiento, una odisea intelectual de la que no se sale sin algunos efectos cognitivos, generalmente estimulantes; y, como su obra misma, jamás logramos capturar por completo. Es incalculable y cifrado.

El concepto clave del pensamiento de Morin es la complejidad. A primera vista, la complejidad (del latín complexus) es algo que está tejido en conjunto; se presenta con rasgos inquietantes, pero inseparablemente asociados en la medida que entreteje una compleja y bien trenzada paradoja. Al mirarla así, “la complejidad es, efectivamente, el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico”. 

De ahí deriva la necesidad del conocimiento, especialmente de la práctica clásica de producción de conocimiento, “de poner orden en los fenómenos rechazando el desorden”, lo ambiguo, las incertidumbres... Sin embargo, al perpetuar estas prácticas de depuración, corremos el riesgo de producir cegueras que eliminan la heterogeneidad constituyente de la complejidad. Por ende, hace falta encarar el entramado de la complejidad, no ocultarla o mutilarla.

Es necesario, entonces, elaborar nuevas prácticas bio-antropológicas de conocimiento, o, en otras palabras, otros procedimientos intelectuales y sensitivos que desprendan de un principio de incertidumbre fundamental, capaces de entablar un proceso de diálogo crítico con la realidad.

Más allá de mis intentos vagos por explicarla, la complejidad es tan compleja que quizá sea imposible dar cuenta de ella, puesto que, como unitax multiplex, no equivale a la totalidad. Equivale, en el mejor de los casos, a un tetragrama que apunta: “he aquí las condiciones y los límites de la explicación”. 

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