sábado, 27 de mayo de 2017

Víctor Manuel Buenrostro González Trabajo final Complejidades Sociales Que Estigmatizan El trabajo Sexual.



Víctor Manuel Buenrostro González 

Trabajo final

Complejidades Sociales Que Estigmatizan El trabajo Sexual.

Introducción

Desde la conquista de los pueblos prehispánicos, por parte de las coronas Española y Portuguesa las vidas las civilización  pertenecientes al territorio geográfico al que posteriormente se le nombro América fue condicionada desde todas sus matices  desde cultivo de  la tierra, las formas relacionarse entre sí, desde lo religioso , lo laboral y hasta el comportamiento sexual, a partir de este punto el comportamiento sexual fue condicionado ,reprimido  y juzgado .El comportamiento sexual femenino fue en especial, el punto principal para determinar  que se debe considerar malo y bueno .

En este trabajo se busca hacer un análisis hacia una representación social que se formuló con la conquista del pueblo prehispánico, como lo es prostituta, la cual se le ha representado históricamente como una persona indecente e impura. Este señalamiento de carácter desaprobatorio proviene de las creencias religioso y morales que trajo consigo la conquista.

En este trabajo se exponen las tres perspectivas más representativas que estudian este fenómeno como lo son la abolicionista, reglamentista y la Perspectiva Pro- trabajo en donde se tratara de exponer por qué esta última perspectiva mencionada es la que desde mi punto de vista analiza mejor este fenómeno.           

Desarrollo

La epistemología de la complejidad 2004

El pensamiento del filoso Edgar Morin puede ser un buen punto de partida, puesto que en  su análisis que el realiza hacia las ciencias en general desde cualquier disciplina que estas se posicionen, todas las ciencias solo se enfatizan en analizar fenómenos desde sus propias perspectivas teniendo diálogos con solo aquellos que dominan una ciencia en específico. Lo cual para Morin esto representa un problema puesto que el conocimiento en general esta construido solo por parcialidades que solo dan explicaciones de la realidad de forma parcial sin abrirse al dialogo.

Este pensamiento creo que es un punto importante en  el tema expuesto puesto que a pesar de que en teoría la mayoría de las naciones del mundo se definen así mismas como libres  de creencias religiosas en la construcción  y accionar de sus leyes, en caso particular de México todavía  responde a una moralidad y creencias religiosas cristianas e incluso las perspectivas que estudian la prostitución como la   abolicionistas y reglamentistas son las posturas que reproducen esa moralidad y son  estas posturas analíticas a las que recurren la mayoría de los países cundo se trata de regular el comportamiento sexual y la prostitución incluso acompañadas de posicionamiento científico   .

Lo que deja claro que la formulación de leyes, a un están influidas por un carácter de moralidad religiosas y por consecuencia no analizan todas las complejidades involucradas y los actores que están precedentes en este fenómeno.

       

Perspectivas teóricas Del Tema

Para conocer las postura teóricas del tema nos acercaremos al trabajo de  Valentina Montoya titulado ¿Trabajadora sexual o “víctima perfecta”? Límites en el acceso a la justicia.

Se toma este trabajo, puesto que esté expone de manera general, las tres perspectivas teóricas más representativas de que abordan este tema. Como lo son: la perspectiva abolicionista, la reglamentista y la perspectiva pro-trabajo sexual, además de exponer las distintas posturas teóricas sobre el tema expone y señala las complicaciones sociales que trae consigo cada una de estas posturas en el acontecer diario de los actores involucrados en este hecho social. Además de ser las perspectivas que están en constante debate y desde sus posturas se establecen leyes que condicionan la vida social

Perspectiva abolicionista

Los abolicionistas totales proponen una prohibición absoluta del ejercicio de la prostitución. Para los Estados que tienen esta aproximación, la prostitución es ilegal y las tres partes en la relación: la prostituta, el proxeneta y el cliente, son criminales. Esta perspectiva se ha denominado prohibicionista (Halley,2008). Los abolicionistas parciales consideran que sólo debe castigarse una parte de la relación, ya sea el cliente o el proxeneta, y la prostituta es la víctima; por lo cual el Estado está en la obligación de protegerla, rescatarla y no criminalizar su actividad económica (Anderson, 2002) (Halley, et al., 2008). Los neo-abolicionistas consideran penalmente responsable al cliente. Esta óptica ha sido adoptada, entre otras, en Suecia y EEUU (Jakobsson, et al., 2011). (Montoya Pp.144 y 145)

Desde la perspectiva abolicionista se encuentran las visiones más radicales, pues se desprenden voces como el discurso patriarcal donde la dominación hacia la mujer es total y legitima el uso del cuerpo y de la actividad sexual solo bajo el matrimonio o dentro de una relación afectiva. Desdé esta perspectiva se enfoca en castigar a la trabajadora sexual por su comportamiento donde se coloca a la prostituta como una delincuente.

Por otro lado, está la perspectiva feminista radical, que se opone al ejercicio de la prostitución pues legítima la idea del hombre y su dominio hacia mujer al grado de solo verla como un objeto material para su goce personal. En esta perspectiva se enfoca en penalizar solo a los clientes o llamados proxenetas, convirtiendo a la prostituta en una víctima sin voluntad propia. 

Es importante señalar como las visiones más radicales que se hacen presente en  perspectiva, como los son los grupos conservadores y el feminismo radical que parecieran ser diametralmente opuestos en sus posicionamientos pero que    encuentran un punto en común  las dos posturas buscan   el sancionar por el medio que sea la práctica de este trabajo  y las complicaciones que esto trae consigo. 

Las observaciones de este autor ante estas dos posturas es que lejos proteger a las trabajadoras sexuales se orilla a que estas se alejen más de los organismos y autoridades encargadas de proteger sus derechos y al mismo tiempo les dan más armas a los proxenetas para abusar de las mujeres por su miedo de estas a ser tratadas como criminales.

Perspectiva reglamentarista o regulatoria

En cuanto a la perspectiva reglamentarista que también se ha denominado liberal o de normalización, la prostitución es indeseable, pero es un mal inacabable y por eso la salida es regularlo. Se legaliza su ejercicio, pero se reglamenta el cómo, el dónde y el cuándo. “Muchas grandes ciudades tienen una zona de tolerancia, donde a ciertas horas esté permitida la prostitución” (Polanía, et al., 1998, Montoya p.149)

Pero esta perspectiva aún está lejos de ver esta actividad social desde todas sus dimensiones, la autora enfatiza el acceso a la justica para las trabajadoras sexuales, pues de antemano hay un rechazo a la práctica de este trabajo, porque, pese a que éste es tolerado, las personas que realizan esta actividad, no cuentan con las garantías jurídicas que cualquier otro trabajo establece.

En la mayoría de los países del mundo el trabajo sexual está regulado bajo una perspectiva reglamentista que si bien no sanciona el ejercicio de este trabajo tampoco protege a quienes realizan este trabajo.

La autora Montoya lo señala presenta un término llamado vergüenza-repugnancia para describir la relación entre las trabajadoras sexuales y las autoridades, por un lado, las trabajadoras sexuales las cuales no se sienten que encajen en ese molde de la sociedad y por otro lado está la visión de Estado que tiene que responder a su papel como un representante de la moralidad.

Con esto se genera un vacío legal, pues las prostitutas como tales no tienen un mínimo de garantías como en cualquier otro trabajo que está bajo el respaldo de la autoridad, como lo es la oportunidad un crédito bancario, la oportunidad a la educación y a una vivienda digna. En caso de los hechos relacionados con su profesión como abusos o maltrato físico el término utilizado por la autora describe muy bien esta dinámica vergüenza-repugnancia la prostituta no se siente cómoda y de ante mano sabe que existirá un prejuicio por su profesión y al mismo tiempo las autoridades, no bridan apoyo alguno ante este fenómeno por la naturaleza y prejuicios a su alrededor.

Marco jurídico

En cuanto su regulación Jurídica el trabajo Sexual o Prostitución esta normalizado desde una perspectiva reglamentista en todo el país, como ya se señalizo esta postura en particular no sanciona la trabajadora sexual en ejercicio de su trabajo, pero tampoco le brinda las garantías que cualquier otro trabajo garantiza. Además de dejar expuesta a ser víctima de robo a y agresiones por parte de las mismas autoridades y cualquiera persona debido al estigma bajo el cual se tiene a este trabajo.

En año 2013 en la actual ciudad de México se reconoció al trabajo sexual como trabajo no asalariado se denomina ha si aquellas actividades comercias que si bien no están incorporadas al trabajo formal y derechos que este otorga. Las realizaciones de estas actividades no son sancionadas, como lo son las personas que lavan autos, las personas que venden dulces y el trabajo sexual.  

La sentencia 112/2013 del PJF hecha por juzgado Primero de Distrito en Materia Administrativa en el Distrito Federal.

Esta sentencia da el derecho a las personas que así lo desean, a ejercer el trabajo sexual con libertad sin ser detenidas por el ejercicio de este trabajo   y el  auxilio de las autoridades en caso que sean víctimas de algún delito.

Su modo de operación consiste en el uso de credenciales que legitiman la mayoría de edad que tienen su portadora como también el pleno consentimiento de su cuerpo como herramienta de trabajo.    

Perspectiva Pro-Trabajo 

Como un tercer posicionamiento ante esta actividad se encuentra es la perspectiva pro-trabajo el cual su principal argumento es la posibilidad que las personas tienen para decidir sobre la autonomía de su cuerpo y que cualquier actividad relacionada con este debe estar separada de cualquier implicación moralista 

 El trabajo sexual posibilita el ejercicio del derecho de las personas sobre su cuerpo y su autonomía sexual (Chuang, 2010; Pp.151). En la medida en que la persona ejerza el trabajo sexual, de manera autónoma y conscientemente, esta profesión debe protegerse como cualquier otra labor remunerada. En este plano la trabajadora sexual es un agente que no debe ser condenado, ni rescatado.

El término de “trabajadora sexual” ha sido adoptado por organismos que luchan contra el Sida (Ahmed, 2011) como la “International AIDS Society”, así como por colectivos de mujeres dedicadas a la labor sexual como el grupo “Hetaria” y la “RedTraSex” en América Latina. Lo expuesto, parte de una estrategia de normalización, reclamación de derechos laborales, acceso a servicios sociales y a justicia (Bru, 2006; Red TraSex, 2007; Montoya, p.151 )

Esta perspectiva busca señalar la importancia y la necesidad de utilizar el término trabajo sexual, para distanciarse de otras dos perspectivas que analizan este tema, como lo son: las perspectivas abolicionista y reglamentista.

Desde la perspectiva pro-trabajo se exponen argumentos contra el abolicionismo y el reglamentarismo. Primero, se argumenta que la criminalización y estigmatización de las trabajadoras sexuales lleva a mayor explotación y posibilidades de trata (Jakobsson, et al., 2011). Se generan incentivos económicos para los dueños de los clubes y para las redes de crimen organizado, que no serían tan altos si las trabajadoras sexuales fueran remuneradas de manera justa (Jeffreys, 2009). A su vez, para quienes defienden la óptica pro-trabajo, las feministas anti-prostitución o radicales re-inscriben la victimización de las mujeres al reforzar la idea del trabajo sexual como degradación. Desde esta perspectiva deben destruirse los mecanismos que apartan a las mujeres de los hombres, sin diferenciar las labores en las que las mujeres son predominantes por el hecho de ser mujeres (Halley, et al., 2008 p. 351). (Montoya p.51).

Su principal reclamo de esta perspectiva es la separación y estigmatización a la que se le suele asociar a las trabajadoras sexuales como delincuentes o victimas sin respetar su agencia que tiene como personas, pareciera que se subestimara su capacidad de razonamiento y criterio en la toma de decisiones desde las perspectivas abolicionistas. Lo que invita reflexionar y preguntar ¿cómo es que se genera la estigmatización? 



 El estigma social hacia la trabajadora sexual

Para este apartado nos acercaremos al libro (Estigma  de  Erving Goffman 1963 )   parte de las construcciones que las personas  hacen hacia  otras, partiendo desde su simple apariencia, dicha apariencia debe estar acompañada de un modo comportamiento, el cual sea compatible con su forma de vestir, a esta construcción social el autor la denomina identidad social virtual.

La cual está en constante conflicto, con la construcción social llamada identidad social real, pues con base en estos elementos es que el estigma surge como tal, pues cuando una persona no se comporta de acuerdo con la estructura previamente formulada, la señalización  se hará presente. (Goffman P. 11)

.

 La estigmatización social de la prostitución está ligada preferentemente a la construcción de los roles de género, canaliza la desconfianza y agresividad social hacia la sexualidad femenina y mantiene su vigencia por la funcionalidad que posee para controlar la conducta sexual y social de las mujeres no prostitutas, al tiempo que sirve para neutralizar el potencial cuestionador que puede extraerse de cualquier práctica marginalizada” (JULIANO, 2003a: 179 citado en p.36. LA PROSTITUCIÓN FEMENINA EN LA COMUNIDAD VALENCIANA 2005 ).

La sexualidad es una construcción social que legitima su comportamiento y manifestaciones bajo otras mismas contriciones sociales que funge como guía del comportamiento mismo de las personas, creando figuras estigmatizadas del comportamiento sexual expuestas a la violencia.

Dicha violencia se basa más en el comportamiento de la feminidad y un control patriarcal de su comportamiento y el trabajo sexual, es conceptualizado, así como un fenómeno que compromete dicho estigma de comportamiento en especial el de la mujer. 

Los tipos de estigmatización delincuente, viciosa y victima

Para Garaizábal, el imaginario social-sexual atribuye tres identidades a las prostitutas: la de ‘delincuente’, animada por las políticas en materia de seguridad en los diferentes niveles institucionales; la de ‘viciosa’, basada en la aplicación de un doble criterio de moral y ‘buenas costumbres’; y la de ‘víctima’, con base diferentes motivaciones, pobreza, trauma, maldad masculina y que tiene el perverso efecto añadido de incapacitarlas para decidir sobre sus intereses (Garaizábal, 2007: 43 y ss.). Todo ello consecuencia de que: socialmente se establecen ciertos límites a la iniciativa sexual de las mujeres que no existen para los hombres... La ‘puta’ es la representación por excelencia de estos límites. Su estigmatización y la condena moral que recae sobre ellas son la expresión del castigo con el que la sociedad responde a la transgresión de estos mandatos sexuales”. (P.96 citado en la tesis prostitución y Sociabilidad .El cliente en perspectiva emic 2014 ).

  Un elemento más que cabe la pena rescatar entorno a estigmatización es el reduccionismo al que la persona está sujeta, en este caso las mujeres trabajadoras sexuales pues el simple término de la palabra ¨puta¨  con la simple utilización de esta palabra las son separadas de cualquier vínculo social  al que están sujetas como esposa, madre ,hermana o incluso si la persona funge otras labores fuera trabajo sexual todo este tiende a desaparecer el simple uso de la palabra designa a lo peor que la sociedad pudo generar.

La estigmatización social hacia la puta o prostituta surge puesto que históricamente es presentada como la forma más baja a la que la mujer puede ocupar dentro de la sociedad.

Construcción de la realidad, Comunicación y vida cotidiana Una aproximación a la obra de Thomas Luckmann

Creo que el pensamiento de Luckmmann puede ser de utilidad puesto que el establece que en la construcción de la realidad social el lenguaje representa una parte importantísima pues mediante este que las sociedad le dan orden y significado a su realidad con la simple utilización de una palabra esta puede condicionar la vida de las personas  para bien o para el mal.

 En sus análisis sobre el lenguaje y la Comunicación, Luckmann se centró en los símbolos y en los signos como componentes del acervo de conocimiento. Para el autor, el lenguaje es el principal medio, tanto para la construcción social de la realidad como para la mediación de la realidad construida socialmente. El lenguaje “es el portador del acervo de conocimiento social, pero también es un sistema de acción y por lo tanto, se actualizará en situaciones de interacción concretas y en procesos contingentes” (DREHER, 2012, p.97). De este modo, el lenguaje es un sistema de signos que sirve para mediar la realidad.

El Fulgor de la Noche 2017

Con ayuda de la autora Marta Lamas y su libro titulado, (El Fulgor de la Noche, 2017) En donde expone y amplia esta concepción del comportamiento sexualidad como una contrición social y como toda construcción social, su construcción obedece a una serie de condicionamientos subjetivos propios de una cada sociedad, pero no guardan una conformación única y uniforme cada sociedad construye su comportamiento sexual.   

En caso de México la misma introducción de la palabra ¨puta¨ y todas las connotaciones negativas con la que esta palabra es asociada fueron impuestas con la llegada de la corona española como lo seña Lamas a través de Enrique Dávalos.

Antes de la llegada de los conquistadores españoles, en nuestro país la prostitución era un hecho común y corriente. Al parecer, en la época prehispánica existieron varias formas de prostitución : la hospitalaria (la sociedad azteca conoció la fórmula de recibimiento a los extranjeros) la religiosa o ritual ( que alegraba el reposo del guerrero o las últimas horas de la victimas destinada al sacrificio) (Enrique Dávalos 2002  , P.21 citado en fulgor De a noche)

Para los religiosos por sus concepciones, creencias y valores sobre la sexualidad era inconcebible tratar, el placer y las prácticas sexuales sin condenarlas a la vez. (Lamas P.21)

Respecto a la prostitución religiosa, en México las (alegres) constituían no solo una especie de premio para los guerreros destacados, sino que además eran protagonistas de ceremonias. Tal parece que ciertas sacerdotisas o monjas de los templos / escuelas cumplían funciones sexuales / religiosas. (Lamas P.21)

Es interesante este apartado en donde se narra como convivía la practica sexual y religiosa sin que esto significara un generador de conflictos sociales y que estén expuestos a señalamientos.

Dávalos insiste en que Sahagún, siguiendo el esquema ideológico hispano dividió a prostitutas y sacerdotisas, distinción que los frailes remarcaron a partir del modelo europeo de las rameras y las monjas. Aunque los frailes trataron de separar a las sacerdotisas de las alegres, la oposición entre putas y decentes (Dávalos P.22)

Naturalización de la sexualidad

Históricamente el comportamiento sexual de los seres humanos es algo que se le busaca juzgar desde lo funcional o normal, desde luego la prostitución al menos desde una perspectiva europea influida por el pensamiento judío cristiano ya juzgaba el comportamiento sexual de las personas. 

 Michel Foucault en su libro la historia de la sexualidad menciona que comportamiento sexual esta siempre regulado desde la misma estructura donde personas realizan sus actividades desde su forma de vestir y de actuar desde el momento en que nacen las personas y a lo largo de su desarrollo, a éstas ya se estará imponiendo una forma de ser y de actuar de acuerdo a los genitales sexuales.

La determinación del cómo debería ser el comportamiento sexual de las personas corrió en un principio a cargo de la religión, posteriormente el determinar el cómo se deberían comportar las personas estuvo a cargo de la medicina. (Foucault, 1976)

La creación de como las personas y conductas desviadas sirvió como punto de diferenciación entre la conducta sexual correcta e incorrecta, la creación de la homosexualidad, ninfomanía, lesbianismo etc. Son construcciones sociales que legitiman a aquellos que siguen las pautas de que políticamente y socialmente se le considera normal y crean una estigmatización en aquellos que no siguen estas formas de comportamiento.

Creo que trabajadora sexual se le podría colocar a la par de los señalamientos de los que son parte las personas transexuales, lesbianas gais etc.… es decir todas aquellas personas que tratan de legitimar su comportamiento sexual fuera de los estándares que marca la sociedad como normal o anormal.

“La sexualidad está anclada en el cuerpo, su estructura o fisiología no determinan directamente la configuración o el significado de la misma. Si ella fuera así, la sexualidad de las diversas culturas sería uniforme y nada más lejos de la realidad, como la antropología y la historia nos demuestran. Sin embargo, existe en la mentalidad de las sociedades occidentales la idea de que el sexo es algo ahistórico y eternamente inmutable” (OSBORNE, 1989: 134-135 citado en LA PROSTITUCIÓN FEMENINA EN LA COMUNIDAD VALENCIANA” p.41 2005).

Según este planteamiento, el sexo no es sólo una propiedad del individuo, tal como se propone desde las posiciones esencialistas, sino fruto de una construcción social que  enmarca y desde la que se valoran todas las prácticas sexuales. De esta manera, la responsabilidad de todos los problemas relacionados con esta actividad pertenece a la esfera individual. Mientras que la sexualidad sea concebida como un fenómeno biológico o como un aspecto de la psicología individual, no será susceptible de un análisis político en el que realmente cobra su sentido. Con todo, el conocimiento científico y la cultura tradicionales que sostienen que los modos de pensar y las instituciones dominantes son el resultado de la biología y por lo tanto, intrínsecos, eternos y no cambiantes– son ideologías que, comúnmente, apoyan las relaciones de poder existentes (OSBORNE, 1989: 135, citado en LA PROSTITUCIÓN FEMENINA EN LA COMUNIDAD VALENCIANA” p.41 2005).

¿Es la prostitución un trabajo? Tesis Psicológica, núm. 3, noviembre, 2008, pp. 54-69 Fundación Universitaria Los Libertadores Bogotá, Colombia

 En un sistema patriarcal requiere generar el modelo normal del trabajo afectivo sexual femenino, que encarna la «buena mujer». Y para que ésta exista se necesita el arquetipo opuesto, la prostituta, sobre quien recae el estigma. Se trata del agente más castigado de los que interviene en el campo de la prostitución.  además, la referencia de cómo no debe comportarse la buena mujer (p. 3). 61

la psicología, que ha colaborado a legitimar la desigualdad entre sexos al patologizar psicológicamente a todas las mujeres que transgreden los límites normativos, reforzando el estigma y dando validez científica a las prácticas discriminatorias por parte de las instituciones públicas contra las prostitutas mediante el mismo mecanismo utilizado para racionalizar la exclusión de otros grupos sociales.

Hasta este punto podemos determinar que el comportamiento sexual y todas las formas en que este se manifiesta incluida la prostitución   o El trabajo sexual es una construcción social la cual está sujeta a cambios y que el análisis a la que a esta se le quiera someter debe involucrar a todos los actores involucrados en este fenómeno. Principalmente a las protagonistas de este hecho social como son  las trabajadoras sexuales y tal vez el punto más importante sea de vincular la dirección moralista de la ciencia solo bajo los valores morales judío cristianos y el posicionar a estos como únicos y universales.   

Con esto en mente podría colocar a la trabajadora sexual como una forma nueva forma de autonomía corporal puesto que contradice el modelo patriarcal de la sociedad y afirma su agencia como un ser pensante racional y libre para disfrutar de su sexualidad independientemente de los fines que éste tenga.



Conclusiones

Desde mi perspectiva la postura teórica Pro-trabajo es una postura la cual reconoce y respeta, la agencia de las mujeres trabadoras sexuales, puesto que las legitima como personas pesantes y razonables consientes de la utilización de su cuerpo como una herramienta más para ganar dinero. A diferencia de las posturas abolicionista que solo busca y sancionar el comportamiento de los actores involucrados en este hecho social, buscando víctimas o victimarios, y la postura reglamentista que solo busca la incivilización de este fenómeno y de los actores involucrados dejando a la trabadora sexual sin protección alguna.  

Además de cuestionar el lugar que como sociedad se le da sexualidad. Puesto que históricamente, en el imaginario de la vida social ideal, el trabajo humano como medio mediante el   cual se genera riqueza, pareciera que para generar esa riqueza solo pueden estar involucrados ciertas partes del cuerpo humano y el que una persona utilice sus genitales como una herramienta de trabajo es algo que es difícil de concebir como sociedad, cosa que la postura pro-trabajo busca abrir un paradigma ante esta postura.

Estableciendo que el calificar, el comportamiento sexual como malo o bueno, es una construcción social y como tal está sujeta a cambios.

 







Bibliografía

Libros

Erving Goffman  Estigma 1963 Ed. Amorrortu editores Buenos Aires.

Marta Lamas, El Fulgor de la Noche, El comercio sexual en las calles de la ciudad de México  . Ed. Océano. Ciudad de México 2017

Michel Foucault , historia de la sexualidad , la  voluntad de saber primera edición en  francés. 1976 ed. Siglo XXI, 2007.



Artículos

Edgar Morin ,Epistemología de la complejidad Gazeta de Antropología, 20, artículo        Paris Francia .2004 

Marta García Rizo,  Construcción de la realidad, Comunicación y vida cotidiana – Una aproximación a la obra de Thomas Luckmann Intercom - Revista Brasileira de Ciências da Comunicação, vol. 38, núm. 2, juliodiciembre, 2015, pp. 19-38 Sociedade Brasileira de Estudos Interdisciplinares da Comunicação São Paulo, Brasil.

Pachajoa Londoño, Alejandro; Figueroa García, Jhonny Alexander ¿Es la prostitución un trabajo? Tesis Psicológica, núm. 3, noviembre, 2008, pp. 54-69 Fundación Universitaria Los Libertadores Bogotá, Colombia

Valentina Montoya  ¿Trabajadora sexual o “víctima perfecta”? Límites en el acceso a la justicia. Prisma Jurídico, vol. 11, núm. 1, enero-junio, 2012.

Tesis y trabajo de investigación  

La Prostitución Femenina en la Comunidad de Valencia, Juan G.Cotino Ferrer    2005

Francisco Majuelos Martínez, Tesis Doctoral, Prostitución  y Sociabilidad,  el cliente en perspectiva emic , UNIVERSIDAD DE ALMERÍA , 2014.

No hay comentarios:

Publicar un comentario