martes, 21 de abril de 2020

Sobre Urbanized


Sobre Urbanized


Universidad de Guadalajara: Lic. en Sociología
Isaac de J. Palma Córdova
07-04-2020

Habría dos cosas muy puntuales que me gustaría señalar:

La primera es si realmente podemos pensar a la ciudad como lo público. Creo que existe una tendencia muy idealista a concebir la ciudad como algo la imagen pura de lo público. Al menos desde la sociología, existen ciertos discursos que llegan a generalizar la ciudad como algo meramente público.  Considero realmente necesario repensar este discurso. Me inclino por pensar la ciudad como un lugar común compuesto por espacios públicos y por espacios privados. En él se coexisten ambos tipo de espacios para formar uno de los hábitats del homo sapiens, pero definitivamente no el único.  De igual manera, agregaría que es imposible concebir una ciudad donde todos los espacios sean totales, puesto que es necesario un cierto balance entre ambos. De modo, que el lugar común se encuentra siempre cartografiado entre esta dicotomía, donde el espacio público siempre debería interconectar al espacio privado, haciendo así de la ciudad un lugar común.

En segundo lugar, habría que reflexionar la relación de la ciudad con la democracia, en el siguiente sentido: Pareciera ser que a lo largo de la historia  la realidad urbana siempre se le presenta a los individuos como algo que es, y no que puede ser, o bien, que sea modificable. Por eso, el ejemplo de la ciudad como la jungla de asfalto, un lugar al que como seres vivos nos enfrentamos y de cierta manera nos tenemos que adaptar,  resulta tan apto para entender nuestra comprensión de la ciudad.  La ciudad está dada. Y parece que no hay nada, significativamente importante, que podamos hacer para cambiarla. Entonces, partiendo de esto podríamos pensar que la ciudad, tanto en  planeación y diseño, como una acción política  (y vaya que lo es)  permanece bajo una estructura aristocrática donde solo pocos pueden decidir sobre ella. Muchos la puede usar y habitar, pero pocos son los que, últimamente, deciden sobre ella. Entonces, visualizando la ciudad como un campo político, podríamos pensar en manifestaciones democráticas donde la ciudad civil decide sobre el espacio.  Urbanized plantea al menos tres ejemplos muy interesantes: los casos de los slums de Mumbai, La huertas urbanas de Detroit y finalmente las manifestaciones en Stuttgart por el proyecto Stuttgart 21.

Los slums de Mumbai, así como cualquier otra favela, son la apropiación del espacio público en razón de la necesidad de un espacio en cual vivir. En teoría, podríamos pensar esto como una manifestación democrática fallida, en el sentido de que sin reconocimiento o necesidad de reconocimiento del Estado los ciudadanos disponen del espacio. Sin embargo, la podríamos considerar como fallida en el sentido de la inhabitabilidad que presentan sitios así. Lo cual nos llevaría a pensar en que la construcción de lo urbano necesita de un órgano externo a la sociedad civil. 

Por otro lado, Detroit, como una ciudad “abandonada”, se apropia tanto de espacios públicos, como privados para realizar huertas urbanas. Está manifestación opuesta al caso de Mumbai, es una manifestación democrática mucho más esperanzadora, en sentido que la misma población se apropia hace uso de los espacios privados, y por lo tanto habla de una autogestión que asimila más al modelo democrático.

Finalmente tenemos a Stuttgart, un caso donde las manifestaciones llevan al Estado y a la Sociedad Civil a la disputa del espacio público, el parque. Creo que está manifestación resulta mucho más compleja en el sentido en que nos señala una verdad, el espacio público no está dado, es un espacio de disputa que siempre correrá el peligro de ser apropiado y que únicamente se podrá defender es en colectivo. Por ello, la manifestación democrática resulta tan importante ante lo que es común.

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