Al comenzar mi
análisis sobre la complejidad del tema, es conveniente aclarar que mi trabajo
es limitado en cuanto al análisis complejo que representa la manipulación, ya
que existen factores económico, históricos y culturales que son de vital
importancia en la contribución de la manipulación mediática en la era moderna,
lo que pretendo es analizar la complejidad de acción mediática ante la sociedad
contemporánea desde lo visiblemente observable sin que esto no genere una
contradicción a la complejidad misma.
Como individuos
tenemos la necesidad de comunicarnos, el intercambio de estímulos y respuestas
es una necesidad como ser social, los medios de comunicación forman en mi
análisis un procedimiento que establece una relación comunicativa en la era de
la información, es decir, aquellos que se dirigen mediante la información a una
colectividad, vivimos en la era de la información como lo expresa Castells, y es que mediante los medios
se manipula al ser para que este cumpla las necesidad que alimenten el siclo
del sistema económico capitalista, y aquí cabe el análisis de la complejidad de
este fenómeno.
La sociedad es dominada
por los sistemas corporativos y manipula a la sociedad de manera que esta
cumpla sus necesidades de consumo, como sujetos “racionales” se puede intuir
que estamos siendo manipulados, pero no puedemos detectar el mecanismo que está
operando en nuestras ideas, valores y creencias, repensar y analizar la
complejidad, al mismo tiempo que sirve en su análisis, libera las cadenas de la
racionalidad misma que esta opacada por la manipulación de esta herramienta
capitalista.
Es prudente
también destacar de una forma crítica, que como sujetos estamos socializados
desde un concepto de sociedad, que representa coacción, somos parte de un
sistema funcionalista donde nuestro rol esta sujeto ha ser esclavos de la
irracionalidad misma, T. Parsons en
su teoría de sistema social expresa que el orden social se da por los valores
comúnmente aceptados, entendido como una critica a la pasividad colectiva, por
ese sentido Mills también destaca a
la aceptación de la conformidad social como algo aceptado por la sociedad. La
manipulación mediática se tendría que pensar desde diferentes técnicas con el
fin de lograr un poder de convocatoria determinado, así bien, se basan en no
permitir que un individuo se defienda y está estructurado por una serie de
normas impropias a una persona que le son impuestas.
El capitalismo se
representa como tal en los medios de comunicación, son base de la estructura
del ser como ley oculta de su planificación, programación y control, no solo se
reduce a un ambiente, a un sector humano o
un lugar geográfico, sino que abarca al sujeto en como tal,
pretendidamente buscado como colectividad social, pues la manipulación y la
acción que proyectan los medios no significan una mera influencia o ejercicio
de poder, sino una forma del todo específica e irracional de ejercer la influencia
de las masas a favor del sistema dominante.
La comunicación
facilita ante todo la información, esta se ha convertido a su vez en uno de los
valores más cotizados y prestigiosos, no se puede decir que se pertenece
realmente a esta sociedad si no se está en posesión de una fuente de
información constante y abundante, como hoy los aparatos tecnológicos a los
cuales dependemos de alguna manera.
Los medios de
comunicación social actuales, como la tv, radio, prensa internet han invadido
la vida social y personal, los medios son hoy día la fuente principal de creación
de la opinión pública, y la opinión pública y su creación dinámica son como la
conciencia colectiva de la sociedad, por ello, una de las mayores
potencialidades de manipulación social actual radica en los centros de producción
y control de la información de la comunicación.
Los medios de
comunicación (como la tv) actúan para destacar ciertos problemas o individuos
mismos, al darles mayor publicidad o relieve, en referencia del carisma
coactivo como lo menciono Weber, incluso
los comentarios desfavorables a un individuo pueden servir para darle prestigio
y notoriedad, un narcotraficante o una actriz de vida turbia pueden sacar mucho
provecho de esta publicidad o relieve que se les otorga y proyecta, esta capacidad
de los medios de comunicación sirve igualmente para apartar la atención del
público de otros asuntos, los gobiernos, por ejemplo, prefieren que las malas
noticias salgan a la luz pública cuando los medios de comunicación están
dispersando la atención por otros campos, los jóvenes revolucionarios, por el
contrario, tratan de provocar sucesos dramáticos para atraer la atención de los
medios de comunicación y mediante éstos la del público. “Los medios de
comunicación actúan como sistema de transmisión de mensajes y símbolos para el
ciudadano medio, su función es la de divertir, entretener e informar, así como
inculcar a los individuos los valores, creencias y códigos de comportamiento
que les harán integrarse en las estructuras institucionales de la sociedad, en
un mundo en el que la riqueza está concentrada y en el que existen grandes
conflictos de intereses de clase, el cumplimiento de tal papel requiere una
propaganda sistemática”. (Chomsky y Herman, 1990: 21)
El ritmo de los
cambios y la rapidez de las reacciones por el simple procedimiento de acortar
el tiempo necesario para transmitir y difundir un mensaje es otro de los
efectos a disposición de los medios de comunicación para ejercer su influjo en
la reacción del auditorio. El factor tiempo puede ser manejado como un medio de
control por quienes desean crear un estado de inquietud social igual que por
quienes traten de conseguir que el público aleje su atención de determinados
asuntos.
Por este poderoso
poder de influjo social y manipulación del hombre, los medios de comunicación
social han dejado de ser hace mucho tiempo un simple servicio ingenuo de
información, pueden decirse incluso que tras ellos ya no están simplemente
empresas comerciales. Las ideologías militantes, religiosas y los colectivos
políticos crean o conquistan medios de comunicación para hacerse su hueco y sus
adeptos en la sociedad, el mismo poder político de los gobiernos interpreta
como uno de los mejores medios de ejercer y conservar el poder el controlarlos,
lo cual llega a su máxima evidencia en los regímenes totalitarios, sean de
izquierdas o de derecha.
Los avances
acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los
conocimientos sociales y aquellos poseídos y utilizados por las elites
dominantes, gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada,
el sistema ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de
forma física como psicológica, el sistema ha conseguido conocer mejor al
individuo común de lo que él se conoce a sí mismo, ejerce un control mayor y un
gran poder sobre el individuo que el del individuo sobre sí mismo.
En cuanto al
capitalismo en la era global es la superproducción. Se produce mucho más de lo
que corresponde a las necesidades reales de la sociedad, y es preciso dar
salida a la producción para que no se rompa el equilibrio económico
capitalista. Así, el capitalismo se ha visto obligado a educar al hombre de
manera que éste se sienta obligado a poseer la última mercancía que ha salido
al mercado, la última novedad. Se le educa incluso a dar a los productos
consumidos una duración cada vez menor. La industria de lujo deja lugar a la
industria de masas, es preciso poner al alcance de las masas consumidoras los
artículos más sofisticados, para favorecer en todo lo posible un sostenido
ritmo de celeridad en el proceso productivo, las posibilidades expansivas del
capitalismo hacia el exterior son limitadas, por ello, el ciclo
productivo-reproductivo se basa ahora no en la expansión hacia afuera, sino
principalmente en la intensificación y potenciación de las necesidades
artificiales del individuo, ya que las necesidades del hombre forman parte de
un proceso histórico, donde la necesidad del vivir se sostiene en el trabajo el
cual obliga a trabajar para vivir y vivir para consumir que se súper impone en
la identidad del individuo. (Bauman, 1998: 48)
La publicidad
comercial que se expone en los medios, tal como ahora la conocemos es un
producto típico del capitalismo, sin embargo la publicidad, con su agresividad competitiva
característica, es uno de elementos de defensa y sostenimiento del capitalismo,
su papel es el de la educación de las masas, el sometimiento del hombre a los
imperativos del consumo, la creación de necesidades artificiales y la
manipulación del hombre en definitiva.
En cuanto a la
eficacia manipuladora de la publicidad no se basa solamente en su aspecto
cuantitativo, sino también en su agresividad cualitativa, lo que convierte a la
publicidad en un arma psicológicamente temible es que no se contenta con
presentar el producto tal como es para divulgar su conocimiento, busca provocar
la compra y presionar sobre el consumidor, el comprador no se lanza a los
productos de consumo sólo para satisfacer unas necesidades directas, sino para
ayudarse en la tarea afanosa de reforzar la imagen que se ha creado sobre su
personalidad y en la de presentarse ante la sociedad con una figura importante,
pseudonecesidades de bienes y servicios fabricados por las corporaciones
gigantes y de esta manera atar a los individuos al carro de consumo de masas y
la pasividad política, necesidades falsas son aquellas que perpetuán el
trabajo, la agresividad, la miseria y la injusticia. (Marcuse, 1968: 56)
En la publicidad
se puede identificar que psicológicamente no se vende solamente el producto
sino otras muchas cosas. Así, venden erotismo a los enamorados, símbolos a los
arribistas, afectos a los sentimentales, violencia a los jóvenes, etc, por otro
lado se monta para cada producto una campaña a fin de convencer a los compradores
eventuales de la excelencia de los productos fabricados por las grandes
empresas, la moral del menor esfuerzo, el culto a un consumo irracional e
incesante, y la glorificación de los instintos más groseros del hombre,
tematizada explícita y descaradamente en la publicidad no puede dar como
resultado sino un nombre manipulado, alienado, masificado, cortado por un mismo
patrón de antemano planificado, un hombre sometido sumisamente a los intereses
de los que poseen el poder de la publicidad mediática.
Bibliografía
C. Mills, 1959,
La imaginación sociológica.
T. Parsons, 1951,
El sistema social.
Marcuse, 1968: La
sociedad industrial y el marxismo.
Bauman, 1998:
Trabajo, consumismo y nuevos pobres.
Sylvain Timsit,
2002: Estrategias de manipulación.
Chomsky y Herman,
1990: El modelo de propaganda y el control del pensamiento.
Castells, 2002:
La era de la Información.