Guadalajara,
Jalisco a 15-16 de septiembre de 2017
Estudiante:
Carlo Américo Caballero Cárdenas
Introducción al análisis de las realidades
complejas
SOCIOLOGÍA
Universidad de
Guadalajara
Ejercicio 6: Comentario a la presentación sobre Migración
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Una primera ruptura del paradigma de la simplicidad hecha mediante
activistas y los miembros scalabrinianos del Centro de Pastoral Migratoria, a
la par y en conjunción de la perspectiva política y teórica nacional con la Red
de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (REDODEM), la
Red Mexicana de Líderes y Organizaciones Migrantes (RedMex) y múltiples casas
del migrante a lo largo y ancho del país (articuladas a variadas organizaciones
civiles, artísticas, jurídicas, académicas, religiosas, de medios y en
participación estatal), puede ser evaluada desde la problematización del
contenido en la Ley de Migración (decretada en 2011, durante el mandato
de Felipe Calderón) de la Secretaría de Relaciones Exteriores del gobierno
mexicano (Cervantes y Morán, 4 de octubre de 2017). El posicionamiento de los
sujetos sociales que se adjudican el rol sistémico de la responsabilidad (de
vs. con) los migrantes es fundamental para entender de por medio líneas de
pensar desde la ideología: organismos, delegados, normas e instituciones en la
guía del apego a la legalidad excluyente; que además vacila entre el
paternalismo (humanitarismo con imaginario de vulnerabilidad de sujetos
“pasivos” y “victimizados) y en antagonismo cultural con “enemigos” desde el
horizonte colonial del pensamiento de la otredad (Todorov, 2011). Y por
el contrario, aquellos sujetos organizados para pensar y actuar a contrapelo de
la lógica competitiva: es decir aquellas y aquellos que en una labor semejante
a una comunidad intercultural laboran en el objetivo de la solidaridad (en sus
distintas concepciones religiosas, durkhemianas, democráticas heterogéneas y
neomarxistas), la empatía y la incorporación humanizante (en su amplio sentido
político) del “otro” que deviene semejante.
La revisión puntual de sus artículos, despliega una contradicción de
objetivos políticos en sus premisas: a) Soberanía (protección de las fronteras,
nacionales y el territorio) tratada con un asunto de seguridad interna, versus
b) Derechos Humanos universales (con un marco de ambigüedades para su procura
práctica fundada en la acotación a la “legalidad” del migrante extranjero). Es
decir, la orientación de ideas y acciones en función a dos imperativos éticos
muy distintos: la Lógica de la Sospecha, en tanto la regulación celosa
del ingreso y salida de mexicanos y extranjeros a la nación, además de la
“preservación de la soberanía y de la seguridad nacionales”, en contraste a la Lógica
de la Dignidad, fundada en un discurso (y posible praxis) de “respeto, protección
y salvaguarda de los derechos humanos” como forma de integración política,
económica, cultural y social de la comunidad migrante en México (Cervantes, 11
de octubre de 2017: min 25-30). En segundo lugar, la concepción categorial
dicotómica en la distinción (por más monolítica) de los migrantes mundiales en
las clasificaciones de Refugiado (escapante de condiciones de un país
que amenazan su vida) y Migrante Económico (saliente en teoría
“racional” en búsqueda de mejora o movilidad social ascendente), se acusa
autoritaria, jurídicamente simplista y caduca. El conflicto en la denotación
del sujeto migrante según sus “características” de flujo a otros países es per
se un acto de poder, al decidir sin consideración de los factores globales
estructurales y (por otra parte) subjetivos el cúmulo de necesidades tanto como
de motivaciones para los desplazamientos humanos. En pocas palabras, el
concepto del sujeto migrante inter y trasnacional se encuentra fuera de
contexto coyuntural.
En el siglo XXI y en la realidad de crisis que trastoca
máxime a los países periféricos en situación de estancamiento estructural,
rigidez política o en estatus de guerra (declarada o no oficialmente), la
mayoría de los movimientos humanos son forzosos (no son racionales, contra la
perspectiva de los migrantes económicos); y bajo esta mirada, el migrante
mayormente forzado responde a un fenómeno global de creciente pauperización de
grupos sociales de clase baja o marginados (como también una ascendente
población de otrora clase media)… no hay, por tanto, un estatus de protección
que reconozca la seguridad y la migración como un derecho humano
(Cervantes, 11 de abril de 2017). Sin embargo, en el hacer de intervención y
acompañamiento al migrante ¿qué implicaciones de crítica implica el hecho el
esfuerzo en la procura de “derechos humanos”, en tiempos en que esta categoría
jurídica ha sido tan instrumentada en los discursos paliativos conservadores de
gobiernos, instituciones del llamado desarrollo económico regional, así como de
la Iglesia, ONGs y agendas de corporaciones “socialmente responsables”? ¿Puede
seguirse abogando por los “derechos humanos” sin discutir detenidamente su
significado? Sin duda alguna, contra la noción mecánica en la retórica de los
derechos humanos, la cuestión de sentido que hay en juego entre los agentes y
potenciadores de la resistencia planetaria en pos de la vida como valor urgente
del orden social, responde más a los derechos naturales y el derecho
fundamental a la vida digna; sin más miramientos y sin más vueltas a la
definición jurídica o científica… se trata de una identidad de lucha por la
humanidad y su ecología de vida en una situación emergente de guerra que atañe
a todas las naciones y todos los actores sociales del mundo. La migración es
uno de los tantos indicadores milenarios que en la actualidad vienen a decantar
como muestra empírica de la crisis tanto estructural como de humanidad en el
sistema socioeconómico capitalista, y en la característica histórica de la
evolución de la relación social en torno a la propiedad privada, la xenofobia,
la colonialidad y la patriarcalidad (evidenciadas desde el análisis histórico
crítico de Marx, Hobsbawm, Todorov, Castoriadis, Silvia Federici, Rui Pena
Pires, González Casanova o Giddens; y en contexto más regional, Jorge Durand y
Teun Van Dijk).
En tercer lugar, la revisión del metamensaje de las representaciones,
lo visual y el discurso que gira en torno al inmigrante, transmigrante y el
migrante de retorno (cabiendo la distinción cabalmente hecha para su exposición)
en México, ha sido enfocada en esta ponencia con base en la lucha de poder que
Bourdieu pudiera clasificar dentro de los campos semánticos (Cervantes y
Martínez, 11 de octubre de 2017: min 42). Las representaciones de estos
sujetos, dependiendo del origen étnico-cultural-nacional, se reproducen bajo
ideas ambivalentes de los migrantes “buenos” y los migrantes “malos”: de tal
manera que impera el imaginario social en el que los “malos” son los
indígenas-negros-extranjeros de países pobres, mayormente de Centroamérica, de
a pie, enmochilados, viajantes de La Bestia y vistos como potenciales
criminales… mientras los colonizadores europeos son vistos (desde la
historiografía más antigua y desde las perspectivas racistas-oficialistas) como
oportunistas pero civilizadores, junto con los inmigrantes del siglo XIX y
albores del XX como emprendedores.
Es de esta manera, que ante una sociedad que en su guía práctica de
percepciones (características de conceptos de primeras impresiones y
condicionados de experiencias previas) tiende a ser excluyente y férrea hacia
la comunidad inmigrante, transmigrante y de retorno, la importancia de la
teorización y reflexión crítica de esos conceptos (máxime que ha sido
orientados desde valores inconscientes colectivos y arquetipos de competencia)
en las ciencias sociales se halla justamente en la resignificación compleja y
contextuada del conocimiento sobre los migrantes; abogando desde un
posicionamiento político por una postura de la comprensión, que obliga a
un trabajo lento (parecido o afín al científico pero con una fuerte carga ética)
de deconstrucción y análisis de las construcciones sociales en torno a los migrantes…
de tal forma que tanto desde la información sistematizada como desde la acción organizada
de la sociedad en conjunto con sus normas, imaginarios y leyes jurídicas se pueda
articular un cambio conductual-material hacia una comunidad global que no es tan
distinto a otros que responden a fenómenos de una lógica civilizatoria que niega
y enajena la condición activa e historizante del ser político humano.
Fuente de
consulta:
Cervantes, J. J., Morán Quiróz, L. R. y Martínez, L. (4 y 11 de
octubre de 2017). Migración y complejidad
[sin nombre oficial] y La percepción de
la presencia de migrantes en México. En Centro de Pastoral Migratoria Casa
Scalabrini – Cátedra Jorge Durand: Presentación coyuntural de la migración en
México en el marco de la cátedra Jorge Durand 2017 [sin nombre oficial].
Ponencia llevada a cabo en Guadalajara, México.
Giddens, Anthony. La emigración en la era global. En: Sociología
(pp. 692-707). Madrid: Alianza Editorial.
Ley de Migración. Diario Oficial de la Federación, Ciudad de
México, México, 21 de abril de 2016.
Todorov, Tzvetan. (2011 [1991]). Nosotros y los otros. Reflexión sobre la diversidad humana. Ciudad
de México: Siglo XXI.