La
identidad del individuo en las realidades complejas de las redes sociales y su análisis crítico dentro de
ellas
Introducción
En la actualidad las
redes sociales digitales han cambiando nuestro día a día. Los sujetos sociales,
practican esta cotidianidad ya que existen aquellos que sin ellas no logran
entender el mundo o simplemente, no pueden comunicarse. Los usuarios que
interactúan dentro de estas redes, ganan poder al mismo tiempo que generan la
capacidad de influencia sobre otras personas que de igual manera coexisten en
ellas.
Desde hace un par de
años (siendo más específico, desde el año 2010), las redes sociales digitales
han transformado las relaciones con el mundo y con la sociedad en general. Año
con año su crecimiento se reproduce ya que han convertido la interacción dentro
de estas plataformas una cotidianidad casi indispensable al punto de que en el
año 2017 poco más de la mitad de la población mundial son usuarios activos las
plataformas de redes sociales como lo son Facebook, Twitter, entre otras.
Un alto porcentaje de
los usuarios que conviven en las redes sociales, cuentan con un dispositivo
móvil, lo cual facilita la interacción y el acceso a la red global y abre una
infinidad de posibilidades con la ayuda de ellas.
La educación, el
ámbito laboral y de ocio ya forman parte de las plataformas por lo sencillo que
se ha vuelto el compartir documentos, intereses comunes y cualquier información
necesaria para los individuos que conviven en ellas.
Dicho todo lo
anterior, es aquí en donde nace mi interés por el tema ya que al igual que una
gran mayoría de la sociedad, también soy un individuo que forma parte de esa
colectividad digital y que todo el tiempo presencia la información y los
contenidos que se comparten en las plataformas, reflexionando sobre los mismos.
Considero inclusive
que el abordar en la actualidad cualquier tema que hable sobre las relaciones
humanas, forzosamente implicaría de manera necesaria conocer sobre el tema de
las redes sociales que son tejidas desde una plataforma digital.
La reflexión sobre mi
interés de entenderme como sujeto en las redes sociales me llevó al
planteamiento de las siguientes cuestiones: ¿cuál es la identidad del individuo
o su rol dentro de las redes sociales digitales? y, ¿se tiene un análisis
crítico sobre los contenidos que se encuentran en la colectividad digital?
El tema que se
abordará en este trabajo intentará
despejar las interrogantes e invitar a la reflexión sobre la problemática que a
simple vista es invisible pero que dentro de la cotidianidad se ha convertido
una práctica normal.
Así
mismo se realizará una interpretación y la influencia de las redes sociales en la opinión
pública, Facebook en específico. La idea central será entonces la de relacionar
al sujeto con su identidad, el contenido son el análisis crítico, al alcance de
la red social en cuestión y al enfoque de las redes sociales como un medio de
comunicación muy diferente a los mass media tradicionales con los que la
sociedad en general está de una manera mayor relacionada (Tv, radio,
periódico).
Para seguir un hilo
conductor coherente, en la primera parte se definirán los conceptos necesarios
para comprender la problemática en la que también se abordarán sus antecedentes
y características y de qué manera el sujeto entra en una identidad colectiva
dentro de esta red social.
Redes
sociales
Para entender a las
redes sociales es necesario entender algunos su definición y concepción ya que
existen diversos matices los cuales deben ser aterrizados.
Para Lomnitz (1975),
la red social es definida como un conjunto de relaciones para diversos
intereses, normalmente de manera recíproca (en cuanto a bienes y servicios),
dentro de un espacio determinado. La autora define las redes con diversos tipos
de estas. Por un lado se tiene a las redes sociales egocéntricas y
exocéntricas. La segunda es en dónde “lo característico no es el intercambio
con un individuo determinado, sino el intercambio de todos con todos (1975:
143). Es entonces una red para obtener algo que se busca en alguien más no
necesariamente de manera directa.
Manuel
Castells (2010) define a la sociedad red como: una
estructura social, compuesta por redes activadas por tecnologías digitales o
plataformas de la comunicación y la información basadas en la microelectrónica,
es decir, en los procesos que se llegan a aplicar a una secuencia para el
resultado final. Es entonces en donde la estructura social es el acuerdo organizativo
del humano en la relación con la
producción, el consumo, la reproducción, la experiencia
y al poder expresado mediante la comunicación significativa codificada por la
cultura y sus reproducciones.
Dentro de las
plataformas de redes sociales se encuentran espacios meramente abiertos para compartir
información y contenidos con un sinfín de temáticas para los usuarios que
interactúan en ellas.
Analizando los
contenidos que se encuentran en las plataformas de redes sociales tenemos
algunos factores importantes como su discurso viral y este nos permite
vislumbrar el cómo este se reproduce de forma masiva en tiempos muy cortos, de
hecho de forma inmediata con un alcance en algunos casos global. El contenido
se encuentra en las plataformas de redes sociales el cual está al alcance de
cualquier persona, ya sea con tópicos políticos, culturales, económicos o
inclusive con temas generales para la sociedad. Sin embargo ese contenido no
pasa antes por algún filtro de reflexión crítico.
Los contenidos que
son compartidos y subidos a la red (fotografías, notas, vídeos) se reproducen con
la misma velocidad que llegan, y es con la misma rapidez que llegan a otros
sujetos. Contenidos cuyo discurso en diversas ocasiones y cada vez más
recurrentes, incitan al odio o a seguir prácticas que moral o éticamente no
pueden ser correctas para lo que supondría a ser la sociedad. Por otro lado,
dentro de esa comunidad virtual es transformada en una práctica para encajar
con algunos de los usuarios. El análisis crítico de los contenidos de las
plataformas es entonces cuando desaparece.
Identidad
digital: ¿Quiénes somos dentro de las redes sociales?
Dentro de las
conductas de las redes sociales digitales, los roles y comportamientos se
configuran de forma inmediata en el momento en el que se entra en la
colectividad.
El individuo es lo
que comparte, cuándo lo comparte y cómo lo comparte. A partir de este concepto,
la carga de contenidos dentro de la plataforma social, el conjunto de
fotografías, videos, comentarios y notas, configuran nuestra identidad en ese
plano digital.
Las redes sociales
difunden sentimientos y emociones como felicidad, generosidad y amor. Por lo
general están ahí, ejerciendo una influencia casi imperceptible y al mismo
tiempo es determinante en nuestras acciones, elecciones y pensamientos diarios.
La emoción colectiva va confeccionando nuestra visión del mundo y nuestros
deseos. El problema es que las conexiones no terminan en las personas con las
que tenemos una cercanía y que en realidad conocemos. “Más allá de nuestros
horizontes sociales, los amigos de nuestros amigos pueden impulsar reacciones
en cadena que acaben por alcanzarnos. (Christakis y Fowler, 2010: 21)
Las comunidades se
definen por conexiones estructurales y no necesariamente por ningún rasgo
particular que pueda conectar a sus miembros entre sí. Entonces nuestra
identidad pasa a transformarse en una identidad en conjunto.
Para Alberto
Constante (2013) La red social es sólo
en conjunto de personas la cual se forma por dos elementos, uno de ellos son
las personas y el otro son aquellas conexiones entre estos. Con esto se forma
por naturaleza del sujeto a formar una red de amigos, ya sean pocos o muchos e
ir tejiendo un tipo de familia virtual en donde existen relaciones de
intereses.
Las redes sociales
cuentan con dos aspectos fundamentales para el sujeto sin importar si son
complejas o sencillas. Dentro de la red global existe la conexión lo que tiene
que ver con la relación de quién con quién y segudo de esto se encuentra el
contagio.
A pesar de que en
teoría se debería ir formando la identidad del sujeto con aspectos como los
antes mencionados (amor, generosidad y felicidad), por este mismo contagio
virtual de contenidos que conforman y dan forma a la identidad, la información
fluye por los canales de comunicación transmitiendo al igual “gérmenes”, lo cual engloba a la violencia,
modas y una felicidad vacía.
Es entonces aquí en
donde el sujeto se forma con todas aquellas identidades, tanto positivas como
negativas y sus pensamientos compartidos.
Nicholas A.
Christakis y James H. Fowler (2010) mencionan que existen algunas normas dentro
de las redes sociales y están
relacionadas con las conexiones y la forma en que se contagian, desde su
estructura y función para el individuo.
En otras palabras,
somos nosotros quienes vamos dando forma a nuestra red, ya que las personas que
conviven en las plataformas reorganizan las redes sociales de manera constante,
ya sea por la tendencia que en estas se encuentra de manera consciente o
inconsciente por la necesidad de asociarnos con personas las cuales comparten
nuestros intereses y las vuelven semejantes a nosotros.
También la red nos da
forma a nosotros, ya que conforme esas conexiones se incrementen y crezcan los
vínculos con otras personas, será más sencillo que nos relacionemos con
terceras personas o por el contrario, las acciones afecten cerrando conexiones
y estas disminuyan. Un ejemplo sería el de un divorcio, a pesar de que la
conexión es un vínculo entre dos personas que cuentan con un matrimonio, este
afectará de alguna manera al hijo de ellos.
Se puede considerar
que la red actualmente tiene una vida propia, ya que a las redes sociales
cuentan con propiedades y funciones que sus miebros no controlan ni perciben.
A pesar de que la
mayoría de las personas se encuentran conscientes del efecto que ejercen otras
personas que conocen (respecto a ideologías y creencias), rara vez se analiza
que dichas creencias u opiniones pueden trascender más allá de las personas a
las que conocen.
En la vida cotidiana
por ejemplo, nuestra identidad es configurada por documentos como acta de
nacimiento, pasaporte lo que nos da el sello personal. Las decisiones y
acciones que tomamos en nuestro día a día (en la escuela, trabajo o en nuestra
comunidad), va marcando una huella que construye nuestra identidad. De igual
manera dentro de las redes sociales, el conjunto de contenidos que compartimos,
nos va dando nuestra identidad y todo el conjunto de rasgos que nos conforman
permiten identificarnos como un usuario con la percepción de la colectividad.
Somos lo que otras personas ven.
El
contagio emocional: El contenido y su análisis crítico.
Las emociones pasan
de persona a persona a causa de dos rasgos de la interacción humana: estamos
biológicamente constituidos para imitar la apariencia de los demás “su aspecto exterior”
y, al imitar su apariencia, adoptamos su estado de ánimo “su interior”.
Al sentirnos
identificados con otros sujetos tendemos por naturaleza a intentar encajar
dentro de la sociedad, adoptando su pensamiento.
Las redes sociales al
contar con una libertad de expresión casi inagotable, tienden a lograr
transmitir emociones globales ya que tratan directa e indirectamente con datos
relacionales.
Los datos
relacionales son aquellos vínculos que existen entre un par de elementos. Esos
vínculos pueden ser tratos comerciales o inclusive salir con alguien más por un
café, pero estos enlaces están constituidos por acuerdos, conjuntos de
sentimientos y conductas que las personas experimentan.
A partir de todo el
conjunto de elementos y relaciones establecidas es posible construir la red. El
mundo está formado por redes y no por grupos ya que a diferencia, las redes
trascienden inclusive globalmente y no necesariamente por medio de un grupo.
En el siglo XXI
nuestras conexiones afectan a los aspectos de la vida cotidiana. Aspectos como
un crimen, una donación para alguna causa en especifico o noticias, sin embargo
no son más que la punta del iceberg, existe más por debajo del agua.
Todo el conjunto que
es compartido en las redes sociales se conforman por diversos intereses,
normalmente de marketing y políticos, y sus discursos son disfrazados por
emociones que al hacernos sentir identificados con ellas, nos lleva a conectar
nuestra identidad con la de algunos más.
En tiempos en lo que
todo es comunicado y todo es de todos dentro de internet, los riegos de vuelven
importantes, los usuarios con influencias en las redes sociales pueden analizar
y determinar las acciones basadas que están en las plataformas para la toma de
decisiones.
El usuario de las
redes sociales convierte su contenido en un generador y distribuidor de
información la cual puede o no ser buena o en determinado caso fidedigna.
Normalmente en la cotidianidad de las plataformas se forman grupos antagónicos
con ideologías diferentes con respecto a los contenidos en la red social.
La presión que un
grupo online pueda hacer acerca de algún contenido dentro de la plataforma
puede modificar el comportamiento del sujeto y pueden distorsionar a la
comunidad virtual.
En conclusión, ¿es
entonces una identidad diferente a la en la vida cotidiana a la que se tiene en
las redes sociales y dependen de los contenidos y su análisis crítico?
No. Aunque la
identidad una vez antes de entrar a la red social es diferente, una vez que
entra en esta interacción su identidad se compone y se transforma, siendo
influenciada en la vida cotidiana.
Los contenidos van
formando un tejido en la identidad y las ideologías de los sujetos en las
plataformas pasan a ir dando forma a la identidad de cada uno. Un tipo de construcción social
virtual que terminan por darle una ideología de un conjunto de algunas otras,
pero considero que el análisis crítico en los contenidos debe ser estudiado
para comprender si la construcción social es formada o deformada por las redes
sociales y conocer sus fines. No todos lo que se encuentra dentro de la red
global es bueno o cierto, pero el sujeto debe comenzar por ir replanteando
todas esas ideas de la colectividad.
Bibliografía
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dehttps://www.nexos.com.mx/?p=14970
Christakis,
Nicholas A. y Fowler, James H. (2010). Primera edición. Conectados: El sorprendente poder de
las redes sociales y cómo nos afectan. Madrid, España. Editorial Taurus.
Constante, Alberto
(2013). Primera edición. Las redes sociales: una manera de pensar el mundo.
México D.F., México. Ediciones Sin Nombre.
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