jueves, 27 de febrero de 2014

Ejercicio #2_Cecilia Padilla

Es un espacio cotidiano, hay muchas personas. Se hacen procesos de socialización inmediatos y efímeros. Todo tiene que ver con las decisiones personales, pero estas decisiones son también colectivas. Las personas pueden mostrar educación o vale madrismo. Forma parte de un paisaje cotidiano. Para muchos, es un trayecto ineludible que causa estrés y fatiga. Para los que lo usan no muy frecuentemente, no les resulta caro, pero para los que nos es necesario diario y varias veces al día, se nos puede ir la mitad de la quincena.

La mayoría de mis amigos tiene una historia que contar acerca de esta experiencia.   

Y es que subirse al camión es toda una complejidad que inicia mucho antes de abordar la unidad móvil. Por lo general tienes que tomarlo con mucho tiempo de anticipación porque los recorridos son largos ya sea por la cuestión de la ruta o por el tráfico.

El primer reto es que te de la parada ya que a veces, suele ocurrir en los días en que se te hizo un poco tarde, ni siquiera se paran. Entonces tienes que pensar en una estrategia para poderlos cazar. Si se paran tienes que correr hasta donde se hayan parado. Una vez que te subes a ver si te aceptan en trasvale o la credencial. Si no, pues a pagar tarifa completa $7 pesitos.

Depende de que tan lleno este el camión ocurre un fenómeno que me agrada llamar “el escaneo general”  que es cuando todos te barren de arriba abajo. No es que me importe el qué dirán, pero tantas miradas al mismo tiempo, suele cohibir. Si va muy lleno, la gente te voltea a ver con cara de “ya somos muchos ¿no?

Si hay asientos y hay varios disponibles pues elegir cuál, este se puede elegir por seguridad, por si pega el sol, o por las personas que se convertirán en tus compañeros durante los siguientes minutos u horas.
Si no hay asientos, tal vez algún caballero te deje el asiento (cosa que es verdaderamente rara). En el caso de que te toque parado te preparas para que inmediatamente que se desocupe uno, apañarlo.
¿Pero qué tal si alguien lo necesita más que tú? Con las miradas tal vez se pueden poner de acuerdo y uno tiene que ceder.
Como mujer te expones a agarrones, miradas insinuantes, piropos o que un intrépido te quiera sacar platica con fines de ligue. Todas las anteriores resultan un tanto incomodas.

Supongamos que te logras sentar puedes observar que hay muchas personas que van con sus celulares, otras leyendo, muchos durmiendo y otras simplemente pensando…
Eso suena bastante tranquilo, pero ahora imaginen tres de la tarde con el sol,  niños llorando. Sudor, olores, prisas muchedumbre un sauna. Empujones. Tráfico.
Se sube alguien a cantar, luego alguien que vende discos. Luego alguien que vende de comer, luego alguien que pide para un medicamento si ayudaras o compraras a todos los que se suben: ni hablar. Por lo general siempre hago recorridos largos y me han tocado hasta cinco personas que ejercen estas labores. Puedes hacer juicios valorativos de quien lo merece, quien no.

Los asientos reservados es otro factor, en lo personal me molesta mucho quien no los respeta. Se me hace un acto muy egoísta y gandalla.  Pero si hay alguien como un anciano o una mujer embarazada y la persona no se levanta inmediatamente es intimidado por miradas de reproche
En los camiones me ha tocado ver de todo: historias un tanto tristes, otras que te dan coraje. Algunas cosas me causan gracia. Pero finalmente las distancias y el ritmo de vida nos ha orillado a que esos sean nuestros espacios de socialización. Paso mas tiempo con desconocidos en los camiones de los que puedo pasar con amigos y familiares. 

El ajetreo nunca para, por la noche toda la gente ya va muy cansada después de una jornada laboral y sabe que el camino a casa es largo.
Tal vez dadas la circunstancias de inseguridad, no sea muy conveniente, pero yo siempre trato de entablar una charla amena con temas como el clima. Gozar al de al lado. me he llevado muchos sustos, me he perdido varias veces. Pues por un momento estas confiando en la persona de al lado, sino sabes muy bien como llegar o dónde bajarte le puedes preguntar y ya se forma un lazo de confianza, pues yo confío en su palabra y no por elección sino porque no hay de otra. Nadie va a venir a ayudarte, por eso ayudémonos los que vamos juntos.
Andar en camiones  ¿es complejo? Si. Desesperante tal vez, pero de vez en cuando te tocan ver imágenes que te hacen el día... 
                                                                                      


                                         Fotografía: El hermano mayor, Yahaira Padilla/R-275B

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