martes, 17 de junio de 2014

TRABAJO FINAL Misiología estratégica y agentes: Una perspectiva para la comprensión del crecimiento pentecostal desde la complejidad.



                       Abrahan Q.               

INTRODUCCIÓN.

El incremento de  grupos pentecostales, su visibilidad y el aumento en adeptos que mantienen estos, precisa de una serie de explicaciones y matices para su comprensión. Existen áreas constitutivas del quehacer de las iglesias tales como la misiología, de la cual se desprenden  estrategias proselitistas en las que intervienen muchos agentes, que han sido muy poco descritas y aún no explicadas por el sociólogo y el antropólogo de la religión. Lo anterior  bien vale la pena traerlo al tapete  de discusiones sobre pentecostalismo para su consideración en este trabajo, con el fin de ampliar el espectro comprensivo acerca de las endo-exo-causas que podrían estar incidiendo fuertemente en el fenómeno de crecimiento religioso de corte pentecostal. Existen importantes agentes (misiólogos) que motivan e inspiran  a los principales dirigentes de las grandes organizaciones cristianas los cuales reproducen o readaptan a su realidad organizacional los postulados de aquellos.  En este trabajo se admite que el  pentecostalismo (sobre todo el institucionalizado) como fenómeno religioso en expansión y crecimiento, en  difusión y aceptación, debe entenderse por  endo-exo-causas. Bajo esta aseveración el estudio que se desarrolla en las próximas páginas pretende dar cuenta de la importancia de considerar el andamiaje paradigmático de nuevo orden  en la misión evangelizadora, en cuyas raíces se hunde el mover proselitista actual de los pentecostalismos más institucionalizados y en el cual,  una gran cantidad de agentes   internos y externos a este  resultan fundamentales en la comprensión del incremento de este tipo de agrupaciones.

I.              Un “nuevo” tópico  para la comprensión del crecimiento pentecostal. 

Dentro del medio sociológico y antropológico existe un debate en varios tópicos sobre el pentecostalismo, en especial están aquellos que tienen que ver con el crecimiento de este, su influencia cultural, sus alcances en la esfera política, sus componentes reguladores en medio del desajuste social, político y económico, y últimamente sobre la propia influencia que tiene éste sobre el  cristianismo en general. A pesar de tantos temas  poco vemos aún sobre  aquello  que este tipo de agrupaciones está haciendo eclesiológicamente, particularmente en lo que tiene que ver con sus montados misiológicos. 

La religión, la cual ha sido vista como elemento constitutivo  del primitivismo, como alienadora  de pueblos, y como  un constructo de carácter ilusorio y hasta patológico,  que incluso algunos estudiosos de la religión siguiendo a Weber en una especie de dictamen  forense creyeron en su  “desaparición”, idea basada en conceptos tales como: secularización, desencantamiento religioso, modernización, y racionalización, fueron tomados más o menos por sorpresa luego de que algunos fundamentalismos religiosos reaparecieron en la escena mundial  a través del islamismo, el judaísmo y el cristianismo (Cornejo 2001) mostrando de acuerdo a Kepel, cómo las grandes religiones no sólo no han dado la espalda a la esfera pública (Kepel 1995), postura que el propio Habermas sostiene, (Aguirre 2012 ) sino que avanzan en una implacable reconquista a base de adaptaciones a las propias condiciones que la modernidad le va imponiendo.   
  
No tomar en serio las creencias que impulsan a algunos agentes importantes que influyen en el pensamiento misiológico de nuevo orden, así como a la  creación y adaptación de programas evangelísticos por parte de las grandes denominaciones,   quizá pueda tomarnos desprevenidos y hasta hacernos ver inexactos y cortos en las contestaciones o explicaciones que podamos ofrecer acerca del marcado crecimiento de movimientos religiosos como el que aquí se trata. Sin embargo, hacer un rastreo y tomar en serio los entramados misiológicos que se gestan como modelos sistemáticos eclesiológicos especializados, los cuales construyen y reconstruyen formas estratégicas para continuar re-encantando al mundo, debe ponernos forzosamente tras la pista de las armazones organizacionales internas (aunque con influencias externas) que articulan el quehacer misional de muchas iglesias, armazones que vale afirmar contienen  un fuerte acento práctico-discursivo orientado hacia la gana de adeptos; cómo no entonces pensar en lo anterior como una endo-exo-causa importante de la expansión y crecimiento que los pentecostales mantienen. 

Un recuento no tan robusto pero tampoco tan parco de los trabajos hechos por los estudiosos del fenómeno religioso en México, permite darnos una buena idea de los tópicos en los que se centran las investigaciones antropológicas y sociológicas que tratan sobre el fenómeno en cuestión, hallando en su revisión un claro vacío respecto al tema del proselitismo, el cual en iglesias fuertemente institucionalizadas, forzosamente se desprende de una misiología sistemática, la cual tampoco se aborda en los estudios (excepto Stoll quien si atiende esta cuestión) sobre religión, y si se hace referencia a ello (misiología y proselitismo) apenas son temas de paso en los cuales no se ahonda o se hace parada. Lo anterior tiene desde nuestro entender implicaciones tales como dejar fuera del análisis la preparación ordenada que reciben los adeptos de estas iglesias tanto en escuelas locales (centros de culto) distritales (escuelas estatales) y nacionales (escuelas especializadas). Ello a su vez no permite esclarecer todo el entramado organizativo que versa sobre una misiología adiestrada, capacitada, profesionalizada y competente. Deja fuera de análisis los procesos de formación de nuevos adherentes y el análisis de su reproducción. De manera pues, que buena parte del debate antropológico y sociológico que versa sobre el pentecostalismo en investigaciones de carácter nacional, estatal e interestatal, esta centrado en  interpretar y explicar   su éxito tanto en las  dimensiones política, social y cultural, a través de disquisiciones fuertemente supeditadas a lo exógeno, a decir, a los reacomodos sociales y la marginación social, a la pobreza y escasez material, a la inestabilidad emocional y la pérdida de horizontes de sentido, a la inoperancia de los estados nacionales y a la ausencia de normas (Rivera y Cardi 2007), (Hernández 2005). Lo anterior obscurece el sentido de los símbolos, las creencias y las practicas internas reguladoras, estabilizadoras y reproductoras del sistema religioso pentecostal. Débilmente  se hacen descripciones y explicaciones endógenas al pentecostalismo, que rayan en reduccionismos.  Aunque algunos se esfuerzan en presentar la unión/ruptura entre la cultura dominante y la propia cultura pentecostal; poco  se trata el asunto de la hibridación entre las  particulares subjetividades de los pentecostales, expresadas en prácticas construidas sobre un universo (cosmovisión) religioso bíblico-teológico, y  la cultura política, económica y social dominantes. 

Por todo lo anterior me esforzaré en hablar en seguida acerca de la misiología y el proselitismo que subsume ella, tratando de destacar por un lado el impacto que estos temas y prácticas tienen al interior del pentecostalismo institucionalizado, y sus resultados en el exterior, y por otro, subrayaré la labor proselitista de los agentes, sin la cual todo trabajo misiológico pierde sentido y alcance en la realidad social; quisiera pues, hacer un pequeño análisis poniendo atención en algunos postulados teóricos que nos ofrece la teoría de la complejidad, la cual nos ayuda a pensar sobre  las conexiones abundantes que hay entre causas y efectos, de manera que la no linealidad que es un presupuesto teórico de dicha teoría, puede ayudar a comprender desde la no linealidad causal que una causa  pequeña puede tener efectos grandes, pero también que una causa grande puede tener  efectos pequeños (Cárdenas 2004). Además traeré el concepto  endo-exo-causalidad el cual de acuerdo a Morin, permite que los fenómenos sociales (énfasis mio) puedan ser comprendidos a partir de un juego complejo o dialógico.  (Morin 2004).
II.            Misiología y agentes

La misiología es una disciplina nueva con una larga historia, larga historia porque tiene que ver con la vida, la práctica y tarea misionera que ha llevado a cabo el cristianismo históricamente, y nueva, en tanto que desde la teología (teología de la misión) se le ha dado sistematicidad,  procurando hace algunas décadas atrás mantener un dialogo entre fe cristiana y las diversas culturas, situación que no se daba hasta que no se fueron cambiando los paradigmas misionales que permitieron no sólo pensar  en la plantación de nuevas iglesias trasplantando tal cual el modelo  desde una realidad cultural distinta  a la que se establecerían.  Durante muchos años los esfuerzos misioneros protestantes (evangélicos) del norte y occidente del globo, dirigidos hacia el sur y el este, implantaron un protestantismo que muchas veces se interesó más por propagar una forma particular de  civilización (Paredes, 2013) (visión eclesiológica misional propia) en lugar de establecer una fe cristiana que permitiera que el cristianismo de vertiente protestante brotara dentro de las   propias culturas en las que se pretendía que este se diseminara haciendo caso de la cultura a la que se trasladaba.  En este último sentido es que debemos dar un importante lugar desde los estudios religiosos al tópico de las misiones, sus “micro agentes” y sus resultados a partir de los nuevos paradigmas imbuidos cada vez más y de manera  progresiva en la actualidad por las Ciencias Sociales,  con el fin de obtener  una comprensión integral acerca del éxito protestante en general, y del pentecostalismo en particular, que en definitiva haga caso de las fuerzas endo-exo causales que confluyen tanto para crear transiciones que provocan desorden al interior del pensamiento misiológico, así como  un reordenamiento, en el cual el pentecostalismo parece ser el más beneficiado; es precisamente en este punto de encuentro entre orden, desorden y re-orden del sistema misiológico  recubierto de  variadas subjetividades creadas sobre el andamiaje bíblico teológico,  y postulados teóricos socio-culturales, que debemos reflexionar con más puntualidad, por un lado, poniendo atención en la endo-exo-causalidad que potencia el éxito de los pentecostales y por otro, en la amalgama o hibridación en el sentido Cancliano, que se ha gestado a partir del reordenamiento paradigmático misiológico entre las subjetividades a veces repelentes y a veces  atractivas  entre cultura dominante y “cultura pentecostal”.

Para Autores como Stoll el asunto de la misiología o evangelización resulta un componente fundamental para la comprensión del éxito protestante de corte evangélico y pentecostal en su diseminación en Latinoamérica, sin embargo esta perspectiva  reduce  la misiología hasta ser vista como mecanismo de espionaje e intereses político militaristas de los EUA hacia Latinoamérica, perspectiva que se enmarca dentro de la  teoría conspiracionista que tiene poca valides en la comprensión del crecimiento pentecostal puesto que éste, aunque proviene de los EUA (Asuza St), en México y los países  latinoamericanos, históricamente está fuertemente atado a liderazgos autóctonos.  Efectivamente, si hay algo que rescatar de la perspectiva del autor señalado, está el asunto acerca de la “puerta abierta” que dejó la misiología de corte evangélico, por la cual entrarían en contacto los pentecostales con las masas, los cuales hasta entonces no conocían un evangelismo sistemático que progresará hasta enredarse con los postulados del Fuller Seminary de Pasadena California, donde se encontrarían con los paradigmas de las iglesias emergentes y el movimiento de iglecrecimiento por el cual en buena medida readaptan y reconstruyen sus estructuras organizacionales las cuales versan sobre un basamento fuertemente marcado por perspectivas misiológicas, de manera que,  el marcado  incremento que los pentecostales hoy dejan ver, permite pensarlo en términos de endo-exo causalidades. 

En cuanto a la endo-causalidad del éxito pentecostal en su expansión y difusión, mencionaré aquella que creo es columna vertebral configurativa de la subjetividad de sus conversos que por un lado le empuja y activa para  hacer una labor de  proselitismo con sentido de urgencia en base a la doctrina del regreso inminente del Cristo, y por otro, le capacita y autoriza (según la propia comprensión de la doctrina pentecostal) para tener el mejor éxito en dicha labor, en base a la creencia en la manifestación de un poder proveniente del Espíritu Santo llamado Dunamis, cuya evidencia inicial de que un cristiano  tiene dicho poder capacitador es la glosolalia, y por el cual además,  se pueden operar milagros, dones de profecía y de discernimiento espiritual entre otros.  Los dos temas  señalados enraízan su fundamento  sobre una comprensión bíblico-teológica de orden escatológico.  

Respecto a su comprensión escatológica acerca de la segunda venida  o regreso inminente del Cristo a este mundo, vale la pena señalar  que esta doctrina en los pentecostalismos llega a tomar un sentido de urgencia en dos direciones: a) para los agentes conversos, los cuales al no saber cuando regresa el Cristo (Mateo 24:36, 1Tesalonisenses 5:2,  2Pedro 3:10) (Biblia versión Valera 1960) aleratienen poco tiempo para ganar “almas” y por tanto hay que apresurarse en la gran comisión (proselitismo) pues es el mandato por excelencia del Cristo, y b) para los evangelizados, puesto que el tiempo de la venida del Cristo es incierto, y después de su venida no habría posibilidad de salvación (excepto algunas condiciones), de manera que la salvación eterna del no creyente (incluidos algunos sectores del cristianismo) queda suspendido en un hilo muy delgado y está en juego.   Los pentecostales al adjudicarse roles fundamentales ligados a la “venida sorpresiva” del Cristo, asumen un activismo con gran sentido de misión el cual esta lejos de ser comprendido o explicado en primera instancia por causas exógenas. 

Por otro lado, y hablando de la autorización y capacitación que los pentecostales creen poseer a partir de un poder especial llamado dunamis, también se puede indicar que este tema es meramente endógeno y distintivo  del pentecostalismo, de hecho, el título pentecostal que designa a estos grupos está plenamente ligado tanto en los escritos  veterotestamentarios como a los novotestamentarios con el día del pentecostés mencionado en el libro de los Hechos capítulo dos verso uno, el cual debe entenderse exegéticamente como un día de fiesta con dos significados: uno histórico  y otro agricultural (Barclay 1990) ; este último significado toma una particular transcendencia de carácter profetico-escatológico para los pentecostales puesto que lo asignan a un tiempo específico dentro de la historia propia del cristianismo antes del regreso del Cristo, debido a que encuentra una conexión con las lluvias tempranas y tardías que menciona el profeta Joel en los escritos veterotestamentarios   (Joel 2:23 y Deuteronomio 11:14). Las lluvias tempranas que son necesarias para la cosecha serían un “cumplimiento parcial profético” que se corresponde con el relato de Hechos 2 donde luego de la venida del Espíritu Santo sobre los reunidos (lluvia temprana) hay una importante cosecha  (3,000 almas en ese momento). La yarah o lluvia temprana (Synan 1987), en la agricultura judía era de gran relevancia porque era cuando germinaban las semillas, de manera que aquel “semillero” de 120 mujeres y hombres  que fueron llenos de un dunamis  capacitador relatado en hechos 2, corresponden a las semillas de un cristianismo que crecería bajo un medio hostil pero con tremendo éxito;  y la Malqosh o lluvia tardía, la cual era esperada con gran aprecio por el pueblo judío pues sin ella la cosecha no podría madurar y por tanto no ser abundante, encuentra su cumplimiento pleno (de acuerdo al sentido bíblico que el pentecostalismo da a ésta, en textos como Óseas 6:3, proverbios 16:15 y Zacarías 10:1) en Azuza St, donde  la malqosh cae entre 1901 y 1906,  y cuyos resultados actuales desde el punto de vista escatológico  son el cumplimiento pleno de profecías bíblicas que anteceden casi inmediatamente a la venida del Cristo.  De manera que ambas enseñanzas (regreso inminente del Cristo y poder capacitador) que son configurativas del la subjetividad pentecostal,  encuentran tanto su empuje y actividad, su capacidad y determinación, en  referentes  de orden claramente  endo-causales, y de los cuales se puede pensar que son  partes constituyentes se su éxito proselitista. 

Las exo-causalidades están bastante claras y las he mencionado de paso  anterior mente cuando he mencionado a los reacomodos sociales y la marginación social, a la pobreza y escasez material, a la inestabilidad emocional y la pérdida de horizontes de sentido, a la inoperancia de los estados nacionales y a la ausencia de normas, como causas del crecimiento pentecostal. Lo que valdría la pena  considerar de manera condensada  por razón de espacio, es el tema  de la endo-exo-causalidad como dimensiones no separables en el tema del crecimiento de los pentecostalismos, es decir, cómo éstas dos forman en conjunto un cumulo de causa-efectos que se hibridan y posibilitan la adaptabilidad de estos grupos al entorno sociocultural. De esto me ocuparé en el siguiente apartado.  

III.           Misiología,  estrategias y agentes (endo-exo-causalidades)

En el tema acerca del éxito de crecimiento que los pentecostales presentan en diversos países, resulta interesante como ejercicio para su comprensión el postulado que  Morin hace cuando se  refiere   a que en los fenómenos lo interesante es ver la espiral o bucle que presentan estos (Morin 2004), es decir, para dicho autor  los fenómenos deben comprenderse holísticamente para evitar su simplificación,  En este sentido es que resulta interesante tomar enserio ambas visiones (causas endo y exo)  en la comprensión de los fenómenos.

Si la perspectiva planteada en el apartado anterior, (EN EL CUAL HE TRATADO DE PRESENTAR SINTÉTICAMENTE DOS CONDICIONANTES QUE CONSTITUYEN LA SUBJETIVIDAD DEL PENTECOSTAL LAS CUALES LE HACEN COMPRENDERSE COMO AGENTES IMPREGNADOS DE UNA MENTALIDAD PROSELITISTA EXITOSA) explica parte de lo que considero las causas endógenas del éxito expansivo de estos grupos, y los desajustes sociales  y económicos con todo lo que ello implica se comprenden como factores exógenos del éxito de evangélicos y pentecostales, creo que la misiología (no la misión sin sistematizar) junto con sus “productos” (agentes y estrategias proselitistas) forma una especie de producto o síntesis entre factores endógenos y exógenos, y además es un producto que al surgir de ambas causas, resulta ser un área del quehacer de la iglesia que articula poderosamente la adaptación de esta a la sociedad actual, adaptación que resulta notable en el pentecostalismo, y además explicable en este por los componentes hermenéuticos de los cuales parte este en su labor proselitista. 

La misión de la iglesia se convirtió en “misiología”  luego de que dejó de padecer cierta marginación por las varias ramas de la teología que en los últimos 100 años se encargaron  de traerla de la periferia  del quehacer eclesiológico  hacia el centro (Schroeder y Bevans 2009). Se convierte en misiología porque trata sistemáticamente el modo de hacer presente  al cristianismo en las diferentes culturas a través de un dialogo constante con estas; dicho dialogo se ha ido construyendo a partir de  la aplicación de principios de las ciencias sociales al quehacer propio de la iglesia. E aquí el punto clave para entender a nuestro ver, una de las causas exógenas (ciencia social aplicada la misión) más influyentes en la configuración de la nueva visión paradigmática del quehacer misiológico de la iglesia, y por  ende  explica en  buena porción la propia lógica proselitista que opera en muchas iglesias en la actualidad de manera exitosa. 

Como ejemplo de lo anterior tenemos a la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús (IAFCJ); esta organización religiosa surgida vía braceros en 1914 en Chihuahua México, (Gaxiola 1964) en los últimos 12 años a renovado su concepción misiológica eclesiástica adhiriendo a su razonamiento sobre la labor misionera que se imparte en escuelas nacionales, materias como: antropología cultural, sociología dela religión, y etnología y cosmovisión. Lo anterior tiene que ver con formación especializada en escuelas a nivel nacional, pero dentro de la misma educación interna que esta importante denominación pentecostal ofrece a sus miembros, existen también escuelas a nivel local (en centros de culto y distrital/escuelas en estados ) que mantienen un enfoque fuertemente cargado al aspecto del proselitismo organizado, y al  evangelismo sistemático llevado a cabo a través de “redes celulares” las cuales mantienen en su interior una lógica que se asimila mucho a las empresas multinivel en su organización y función. 

Entre las estrategias proselitistas más destacadas que identifican a los grupos pentecostales, neo-pentecostales y evangélicos, sin duda están las redes de multiplicación celular, las cuales cada denominación adopta y adapta a su realidad eclesiológica según les convenga. En este sentido la IAFCJ ha adaptado la “visión de crecimiento celular” (iafcj, 2012) a sus propias exigencias estructurales y doctrinales; presenta un programa novedoso marcado por tres ciclos que organizan todo el entramado proselitista de esta. Al primer ciclo le llaman “ciclo de alcance” este subsume una serie de aspectos que permiten alcanzar al nuevo adherente, el segundo ciclo es llamado “ciclo de consolidación”, también este contiene partes que permiten que el nuevo adherente se incruste en el sistema religioso, se asuma como parte de  el, lo internalice y lo reproduzca; y el tercer ciclo llamado “ciclo de ministerios”, permite que el adepto una vez inserto comience a “pre-especializarse” en lo que serán sus funciones específicas dentro de la organización. Esta tecnificación de la instrucción (educación cristiana)  que reciben los adherentes al interior  de la IAFCJ, es uno de los  productos  de la renovada  misiología, la cual a su vez, es una especie de síntesis o producto también como he dicho ya, de la amalgama entre subjetividades enmarcadas dentro de cosmovisiones bíblico-teológicas que impulsan el  quehacer evangelístico, y la aplicación de principios y postulados de las Ciencias Sociales al trabajo misional  de la iglesia cristiana, particularmente, del protestantismo, primeramente en los grupos evangélicos, y después y con más éxito comprobado en la praxis, en el pentecostalismo institucionalizado. 

El impacto que esta nueva visión paradigmática a tenido a cargo de misiólogos, principalmente aquellos del Seminario Fuller de Pasadena california es enorme en el campo cristiano (stoll 2002), dicho impacto se concretiza en los resultados  que han tenido las iglesias  a partir  de la implementación de los mecanismos (de iglecrecimiento) propuestos por estos.  La IAFCJ por ejemplo, ha logrado la activación del 30% del total de sus adeptos en el nuevo paradigma eclesiológico, al punto de conseguir un crecimiento notable a partir de la renovación de su quehacer misiológico desde el año 2002 al 2014. Sólo para darnos una idea, en el año 2000, la IAFCJ tenía de acuerdo a sus datos de evaluación anual 85,372 adherentes, para el 2010 había conseguido adherir 102,000  miembros más, llegando a 187,000 al final de dicho decenio, y solamente en tres años, del 2010 al 2013, llegó hasta 222,375 miembros (iafcj 2013). Podríamos preguntarnos para el caso de la IAFCJ ¿Qué pasará cuando el otro 70% de miembros entren en la dinámica del nuevo orden paradigmático misional que la IAFCJ aún transiciona? 

IV.          Conclusiones 

La misiología es una rama de la teología en la cual se unen ciencias bíblicas y postulados de orden teórico y metodológico que provienen de las Ciencias Sociales con el fin de  obtener un dialogo contextualizado entre el mensaje cristiano  y las  diversas culturas donde se plantan iglesias. Aunque la misiología o misionología es una ciencia relativamente nueva al interior del cristianismo, en los últimos 40 años de manera progresiva a ido contribuyendo contundentemente no solamente al quehacer transcultural el cual permite la plantación de iglesias en otras culturas, sino también en la reconfiguración de las estructuras organizacionales de muchas iglesias cristianas en lo que compete a su quehacer misional, el cual a pasado de la periferia de la teología al centro mismo de ella. Este interés creciente por traer a la misiología al centro de los estudios de la teología, ha permitido  la reformulación en la manera como se organizan muchas iglesias hoy, particularmente las evangélicas y las pentecostales al llevar acabo su labor proselitista, pues dicha labor, presenta en este tipo de iglesias una profesionalización y tecnificación de agentes, que potencia el crecimiento de estos grupos. 

Por lo anterior, creo que el debate que antropólogos y sociólogos de la religión han puesto en la mesa, particularmente sobre el tema del crecimiento tan marcado que algunos grupos pentecostales  al interior  del campo del cristianismo mantienen, debe considerar, e integrar y estudiar de manera más seria los siguientes aspectos: a) los potentes modelos de evangelización que llevan acabo de manera sistemática muchas denominaciones cristianas pentecostales, b) Las bases que sostienen y reproducen la  subjetividad de los pentecostales respecto a su quehacer proselitista, y c) la consideración de edo-exo-causas y   sus productos los cuales permitirían una explicación cada vez más cabal al fenómeno de crecimiento pentecostal. También resulta inexcusable pensar acerca  del proselitismo adiestrado, es decir, en esa  labor de convencimiento que  para llegar a tener un mejor éxito ante los próximos a convencer, a decir, “los no convertidos”, pareciera no ser suficiente en los pentecostales ser portadores de un poder especial capacitador proveniente del cielo llamado dunamis, sino que ha habido la necesidad de rodear al mensaje cristiano de una dosis de conocimientos “no sagrados” o “extra bíblicos” (Ciencias sociales) con el propósito de potenciar el crecimiento tanto cualitativo como  cuantitativo del cristianismo en su versión pentecostalizada.  


V.            Bibliografía

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