Esta es una actividad que muchas
veces lo discuto con mi madre, puesto que en mi casa diario se hace limpieza, y
en realidad –muchas veces-no hay mucho que limpiar, porque no hay nadie quien
ensucie, pero es tanta la exageración de mi madre (al menos así lo creo) que
todos los días esa rutina de limpieza y yo, nos encontramos. En mi casa vivimos
cinco personas: papá, mamá, mi hermana, mi pequeño hermano, yo ¡ah! y una perrita.
Mi hermana casi no
está en casa, así que las labores domésticas quedan a responsabilidad mía, de
mi madre y a veces de mi padre. Una regla básica antes de salir de casa, es que
cada quien limpie su recamara; esto implica tender la cama, poner en orden y en
su lugar cada cosa, sacudir muebles, sillones, y sacar la ropa sucia (aunque
está última casi siempre termino haciéndolo yo). El patio, por orden
de mi madre es la primer cosa que se debe hacer al despertar, ahí duerme
Julieta, nuestra perrita; así que diario se encuentra sucio y se debe limpiar
antes que los malos olores comiencen a fluir. Esta actividad se supone que
deberíamos hacerla mi padre o yo, pero en ocasiones mi madre se levanta antes
que nosotros, y ella lo limpia, sólo a veces.
No tengo un orden especifico
de qué hacer primero y qué al final, pero, generalmente comienzo por verificar
la planta alta de la casa, revisando que cada cuarto esté en orden, y si no es
así, tengo que limpiarlos yo, aunque no me gusta mucho (no por el hecho de
limpiar, sino porque siento que invado ese espacio muy personal), después barro
y trapeo cada recamará, el pasillo, las escaleras y listo, planta alta
terminada. Mientras yo hago
esto, mi madre se encarga de la cocina, me refiero a la limpieza del
refrigerador, la estufa, el desayunador, los trastes, la barra donde se cocina…
porque sólo ella se permite limpiar ese lugar, dice que es algo muy delicado y
que sólo ella puede limpiar como le gusta. También se encarga de limpiar la
mesa donde comemos.Pero, cuando mi padre está en casa, le toca lavar los
trastes, porque eso sí, lo hace con tanta dedicación que quedan muy limpios y
también le ayuda a mi madre en la cocina. Si hay algo que me
molesta es ver los baños sucios, así que estos se limpian de manera superficial
diario y cada tercer día o dependiendo se lavan los azulejos de las paredes,
pisos, el mueble de las toallas, el lugar donde se ponen los jabones, el
lavabo, el espejo, etc. Un conflicto en mi
casa, es encontrar juguetes de mi hermano por todas partes, nunca falta
plastilina tirada o cochecitos hasta en los baños. Y aunque él sabe que todo
eso va en el bote de juguetes, nos tiene invadidos. Así que tengo que
recogerlos, cosa que no es sencilla y tampoco divertida porque nunca termina.
La parte de la sala y
el comedor, son lugares que habitualmente están ordenados. Suelo ser un poco
exagerada con el acomodo de los tapetes de la mesa, me gusta que estén a una
distancia precisa cada uno. También, los cojines de los sillones, me encargo de
que siempre estén en forma horizontal. Así que después de que esto está como me
gusta, sacudo las mesas pequeñas de la sala, el mueble, el televisor, limpio el
teléfono y todo lo que se encuentra ahí. Se limpia también diario la cochera y
se barre la calle. Mi hermanito, se encarga de limpiar las puertas, el pasamanos de las escaleras y cosas sencillas para él.
Al final, barro y
trapeo la sala, cocina y comedor, y listo… parece que todo queda en su lugar. Aunque
hay días que se hace limpieza más a fondo, es decir lavar vidrios, limpiar
focos, cambiar colchas, etc. Pero eso es otra historia, y aunque pareciera una
actividad simple, no lo es.