Esta
actividad fue, grosso modo, un
encuentro con las nociones de limpieza y orden que ponemos en práctica dentro
del entorno doméstico, a la vez que una lectura compartida de nuestras
prácticas cotidianas.
El
hogar, sede nuestros apegos más íntimos, es una entidad doble que conjuga un
espacio físico y una suma de interacciones sociales que producen el sentido de
habitabilidad. Sin embargo, como descubrimos a lo largo de nuestro diálogo, los
medios que permiten configurar los escenarios y los rituales cotidianos del
hogar se ven reflejados en los procesos organizativos de quienes lo habitan.
Durante
la actividad, cada quien reiteró
que la limpieza del hogar, el orden de los quehaceres y las prioridades brindan
información precisa sobre nuestras creencias personales, familiares, sociales;
aunque también dicen algo acerca de nuestra condición como sujetos sociales, de
los múltiples discursos que configuran nuestros límites y alcances, nuestras
desventajas y privilegios, dentro o fuera del hogar.
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