Ahora
bien, en seguimiento a esta dinámica, ha llegado el turno de Luis Rodolfo Morán Quiroz,
quien, a la luz de la teoría social, analiza con una imaginación sociológica (Mills) propia, una pizca de
visión irónica (Gusfield) y con rigor lógico-empírico-conceptual (Sears
y Cairns) las relaciones de conflicto social en las calles de Guadalajara, cuyo producto deriva de la pésima gestión
urbana que ha desencadenado un conjunto de problemas de movilidad.
Para
regular, coordinar y facilitar la movilidad de quienes habitan o visitan esta
ciudad se necesita anticipar las políticas de movilidad adecuadas, dice Morán.
Sin embargo, ¿a quién –o, en su defecto, a quiénes– corresponde dicha
labor? Es sabido que la secretaría de movilidad, instancia encargada de
“resolver” los problemas derivados de la movilidad, no ha respondido a las
distintas urgencias que, debido a la mala planificación, no supo anticipar. Quizá porque carece de plan de trabajo o, en cierto modo y parafraseando a
Morán, porque se trata de la propietaria de los problemas que pretende resolver. Los efectos y los daños exponen la vulnerabilidad de la población tapatía, en quienes recae el efecto de la violencia
espacial.
¿Cómo hacer frente a la peligrosa inmovilidad metropolitana cuando la falta de coordinación y la violenta (des)organización del espacio urbano han sido las causantes de construir relaciones de combate y antagonismo con quienes habitan la ciudad? He aquí, a modo de interrogante, un primer intento por incentivar más reflexiones acerca de este tema, cuya cercanía impacta directamente en la vida de muchas personas, a fin de encontrar otras causas que ayuden a comprender y a combatir el problema.
Referencia
Morán
Quiroz, Luis Rodolfo: “Un propietario oportunista: la movilidad en el pueblito
zapopano-tapatío”. Fecha de publicación: 5 de agosto del 2015.
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