Antes
de abordar la problemática de lleno, es pertinente mencionar que el presente
ensayo retoma la perspectiva de Niklas Luhmann sobre la complejidad. En este
sentido, introduzco el siguiente fragmento de su obra:
La complejidad no es una operación que
un sistema efectúa o que se verifique en él, es un concepto de la observación y
de la descripción.
La distinción que constituye la
complejidad tiene la forma de una paradoja: la complejidad es la unidad de una
multiplicidad. Un estado de facto se expresa en dos versiones distintas: como
unidad y como multiplicidad, y el concepto niega que aquí se esté tratando de
algo distinto. (…) ¿cómo se puede transformar la paradoja en un modo creativo,
cómo la paradoja puede desarrollarse?
La respuesta que ordinariamente se da
consiste en descomponer la complejidad mediante los conceptos de elemento y
relación (…). Pero esto se puede realizar únicamente con la condición de que no
sólo se cuantifiquen los elementos, sino que se consideren las diversidades
cualitativas; y además, con la condición de que se considere también la
dimensión temporal y se admitan, por tanto, de ahí en adelante, también las
diversidades, es decir, los elementos inestables.
(…) el concepto de complejidad puede
aplicarse a todos los estados de facto posibles, con tal de que el observador
esté en condiciones de distinguir, con respecto al estado de facto que él mismo
indica como complejo, los elementos y las relaciones. (…) Pueden existir
distintas descripciones, según cuánto esté el observador en condiciones de
descomponer la unidad de una multiplicidad en elementos y relaciones.
En el ámbito objetivo comprendido por el concepto de complejidad, la sociedad constituye un caso extremo. Extremo no porque ella sea más compleja que los otros sistemas (por ejemplo, los cerebros), sino porque el tipo de sus operaciones elementales, es decir, las comunicaciones, la ponen bajo notables restricciones. (Luhmann,
1998).
Ahora
bien, ¿por qué considero complejo algo en apariencia tan sencillo como el
acceso de los estudiantes a una secundaria?
La
escuela en cuestión se localiza dentro del Fraccionamiento Real del Valle, en
Tlajomulco de Zúñiga. En los mapas siguientes se puede observar de manera
general el sitio referido y sus dimensiones.
Real
del Valle no permite el ingreso del transporte público. Cuenta con tres accesos
(de los cuales sólo uno está en condiciones apropiadas para los transeúntes) y
para llegar a cualquiera de estos accesos, es necesario seguir una buena parte
del camino “por cuenta propia”. Es decir, el transporte público no tiene ningún
paradero cercano a la escuela pero tampoco a las entradas del fraccionamiento,
por lo que la única alternativa para quienes no acuden en vehículo, es
descender del autobús y recorrer el resto del camino a pie hasta llegar a la
escuela.
Expongo
tres mapas que permiten identificar de manera más clara lo dicho en el párrafo
anterior.
Primer
acceso:
En
todos los casos la línea naranja muestra la parte por donde sí transita el
transporte público. La línea morada es el camino que los transeúntes deben
recorrer para llegar al acceso del fraccionamiento y por último, los muñecos naranjas ilustran el recorrido que debe hacerse desde la entrada de Real del
Valle, hasta la escuela (la cual está señalada con el punto rojo).
Distancia
y tiempo estimados para llegar a la escuela: 1.6 kilómetros, 20 minutos
caminando.
Segundo
acceso:
Distancia
y tiempo estimados para llegar a la escuela: 1.6 kilómetros, 20 minutos
caminando.
Tercer
acceso:
Distancia
y tiempo estimados para llegar a la escuela: 1.4 kilómetros, 17 minutos
caminando.
Si
bien es cierto que 17, 20 o hasta 30 minutos diarios de caminata no perjudican
a nadie (sino todo lo contrario), se deben considerar algunos factores que en
este primer acercamiento se pierden de vista.
En
primera instancia es importante mencionar que la secundaria se encuentra
“acompañada” de una primaria y de un preescolar (todos ellos públicos), configurando
así un centro educativo del nivel básico reunido en un mismo punto.
La
página web oficial de la secundaria[1], da a conocer que la
escuela inició actividades en 2005 y que actualmente cuenta con más de 900
alumnos distribuidos en 23 grupos. Si a estos 900 alumnos, sumamos los 511[2] de primaria y los 237[3] de preescolar, el
resultado es 1648; una población estudiantil numerosa.
En
este punto me surgen algunas preguntas: Del total de estudiantes de este
“centro educativo”, ¿cuántos de ellos son además habitantes de Real del Valle? Aquellos
que viven en un lugar distinto, ¿cómo resuelven el problema del acceso a la
escuela? ¿Qué implicaciones conlleva lo anterior? ¿Quién o quiénes decidieron
que las escuelas fuesen ubicadas en tal lugar? ¿Por qué?
A
pesar de que en este análisis no pierdo de vista a los estudiantes de
preescolar y primaria, los que constituyen mi objeto de estudio -por así
decirlo-, son los jóvenes de secundaria. La razón, es que en grados menores los
padres suelen resolver el problema del traslado a la escuela, sin embargo en
secundaria los adolescentes se vuelven más independientes y en este sentido,
muchos de ellos se dirigen diariamente a la escuela sin acompañamiento, por
cuenta propia.
Trasladando
este escenario al cotidiano de los alumnos de la Secundaria Técnica 172, habrá
que reflexionar cómo resuelven el problema de su desplazo hasta la escuela y
luego desde esta hacia sus casas. Para tal reflexión resulta fundamental
recalcar algo que líneas arriba mencioné: las condiciones de los accesos al
fraccionamiento, no son favorables ni seguras para que los jóvenes (o cualquier
otra persona) ingresen a pie o en algún vehículo no motorizado como bicicleta,
patineta, o patines. Actualmente todos los caminos se encuentran pavimentados,
no obstante en el caso del primer y segundo acceso, las calles no cuentan con
aceras y el camino está desprovisto de alumbrado público (pensemos entonces que
los estudiantes del turno matutino se ven forzados a recorrer el camino a
obscuras cuando van hacia la escuela y los del turno vespertino cuando lo hacen
hacia sus hogares). Adicionalmente, quien decida ingresar por el primer acceso,
deberá caminar al lado de las vías del tren y de los automóviles, quien lo haga
por el segundo, estará próximo a un canal de aguas negras y también a los
automóviles y quien opte por el tercero de los accesos, caminará en un área
poco poblada y segura, pues esta sección del fraccionamiento cuenta con muchas
viviendas que no han sido vendidas y/o ocupadas.
Así
pues, las alternativas para que los estudiantes de esta secundaria (que no son
vecinos de Real del Valle) acudan a la escuela, se resumen a las siguientes:
- Conseguir que algún familiar, vecino, amigo, etc., los lleve diariamente.
- Pagar transporte escolar.[1]
- Ir por cuenta propia (a pie o en un vehículo no motorizado), considerando los riesgos que esto conlleva.
A
continuación presento una serie de fotos recientemente capturadas en la
Secundaria Técnica 172 y sus alrededores (las primeras tres fotografías fueron
obtenidas de Google Maps).
[1]
El transporte escolar para las escuelas de Real del Valle suele cobrar entre
$120 y $140 semanales por niño. En este sentido, para una familia que tenga más
de un menor inscrito en la escuela, el transporte le significará un gasto
mensual considerable (sobre todo tomando en cuenta que en la zona no habita
gente de un nivel socioeconómico elevado).
En
seguida presento un par esquemas que buscan sistematizar todos los agentes, factores, instituciones y
demás elementos que (según mi criterio) se entremezclan para dar lugar al
asunto o problemática que aquí planteo.
A
manera de conclusión puedo argumentar que las dificultades de acceso a la
Secundaria Técnica 172 son resultado de las decisiones, impertinencia y fallas del gobierno, la educación el
crecimiento urbano y la vivienda. Son los grandes entes de la sociedad quienes
desencadenan una serie de problemáticas que muchas veces percibimos como algo
normal y dado por sí mismo.
En el documental Urbanized[1] se habla de que la expansión urbana y los enormes proyectos de las constructoras, dan lugar a crecimientos descontrolados. Por tanto, es necesaria una nueva visión para propiciar comunidades interconectadas por las que se pueda caminar.
Adicionalmente, en el documental se afirma que el reto del futuro será cómo manejar la demografía, cómo relacionar la arquitectura y la movilidad y cómo crear un ambiente urbano mediante el diseño.
[1] https://vimeo.com/66439401
Considero
que uno de los grandes problemas en el caso aquí expuesto y en tantos otros, es
la falta de planeación previa a la construcción de conjuntos habitacionales de
cualquier índole; dentro de esta planeación confluyen una gran cantidad de
elementos como el crecimiento demográfico, el crecimiento urbano, el diseño de
las ciudades, las políticas públicas, los pocos esfuerzos por crear viviendas
óptimas e integrales en todo el sentido de la palabra.
En el caso del acceso a la EST. 172, me parece
que nunca existió una planeación orientada al beneficio de todos los
estudiantes que esta escuela albergaría, sino que se manejó con favoritismo
(por decirlo de alguna manera) hacia los habitantes de Real del Valle; y peor
aún, a diez años de que la secundaria inició actividades, las condiciones de
los caminos y el acceso para los estudiantes ajenos a esta colonia, no han
mejorado en lo absoluto.
Es
preocupante percatarse de que no existe planeación en torno a la urbanidad
y la movilidad pero tampoco interés por resolver los problemas que
derivan de la misma.
Me
gustaría vincular las consideraciones finales de este ejercicio con un extracto
del pensamiento del Jane Jacobs, que si bien habla de las ciudades, lo hace en
términos de la urbanidad y la complejidad:
(…) mientras que la
urbanística se ha enlodado en su incomprensión de la verdadera naturaleza del
problema que trata, las ciencias de la vida, libres de esa falta, y avanzando a
gran rapidez, han proporcionado algunos de los conceptos que necesita el
urbanismo: junto con la estrategia básica para reconocer problemas de
complejidad organizada, han proporcionado de paso sugerencias sobre el análisis
y el tratamiento de este tipo de
problema. Desde luego estos avances se han filtrado desde las ciencias de la
vida al conocimiento general; son parte ya del conocimiento intelectual de nuestra
época. Y así un número creciente de personas han empezado a considerar
gradualmente las ciudades como problemas de complejidad organizada: organismos
repletos de relaciones aún no examinadas, pero, como es obvio, intrincadamente
interrelacionadas y seguramente comprensibles. (Jacobs, 2011) .
Jacobs, J. (2011). Muerte y vida de las grandes
ciudades. Madrid: Capitán Swing.
Luhmann, N. (1998). Complejidad y Modernidad: de la
unidad a la diferencia. Madrid: Trotta.