La limpieza de una casa realizada por más de una persona depende del concenso ejercido por lo integrantes del hogar, es siempre imprescindible tomar un acuerdo con respecto a las necesidades y peticiones que cada uno tiene con respecto a la higiene de la casa.
En el ejercicio reflexivo, nosotros tuvimos que tomar en consideración las preferencias de cada uno para establecer una forma específica de aseo cotidiano y lograr convivir de la mejor forma posible en este ámbito tan hogareño.
Primero, tuvimos que tomar en cuenta el aspecto de la base de elementos necesarios para llevar a cabo la limpieza, por lo que concluimos en que cada uno tendría que aportar lo suficiente para hacernos de los instrumentos de limpieza necesarios. Concordamos en que la utilización y urgencia de los mismos estaba sujeta a la cantidad necesaria en cada uso y la regularidad del mismo.
Segundo, habiendo establecido lo que se necesita instumentalmente para llevar a cabo la limpieza, el fijamiento de prioridades y el orden de la limpieza requirió de que establecieramos una jerarquía donde hubiera lugares que deben asearse a diario. En nuestro caso, concordamos al concebir la necesidad de limpieza diaria (en tanto barrer, trapear y sacudir) de las habitaciones (incluida la sala) y la cocina (y comedor). Ademas del lavado de trastes. En segundo término, cuestiones como el aseo del baño, la banqueta, lavar la ropa o actividades que no se requieren a diario, cada una debe organizarse en días específicos.
Tercero, incidentes inesperados como romper un recipiente de vidrio, tirar una bebida, tapar el inhodoro o un casual obsequio de la mascota de la casa dependen de la malaventurada persona a la que le ocurran. (Quizá el último ejemplo sea un poco más comñicado).
Para llevar a cabo el aseo de la casa es necesario, entonces, fijar la importancia y necesidad de las tareas a realizar, así como la división de las mismas. En nuestro caso, nos basamos en las preferencias de cada uno para decidir quién llevaría a cabo qué actividad y cada cuánto, teniendo como fundamento la mejor convivencia posible como compañeros de vivienda. Todo lo anterior debe estar atravesado por una consideración y solidaridad en la que el egoísmo no perjudique a nuestros compañeros de vivienda, nadie quiere un compañero sucio y aprovechado.
Por lo tanto, la complejidad de algo tan cotidiando reside precisamente en la asuencia de consideración hacia los otros y la falta de compromiso o responsabilidad. Pensamos que todo esto debe hacerse cumpliendo lo más que se pueda para no afectar así a nuestros compañeros de casa.
-Iván Flores Fernández / Dulce Yaneli Balvaneda Yánez.
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