Código
Enigma es una película que muestra la complejidad que hay en las decisiones de ciertas personas, con una cotidianidad así como la
manera en que estas impactan en la sociedad y en este caso, el mundo.
La trama se desarrolla en medio de la segunda guerra mundial. No muestra la parte sangrienta sino la institucional. Alan Turing, el personaje principal es un brillante
matemático contratado para descifrar los
mensajes que los Nazis para usaban para comunicarse como estrategia
de guerra. Los mensajes se transmitían por señales de radio, flotaban en el
aire al alcance de cualquiera, pero eran intraducibles.
Algunas de las decisiones más importantes fueron,
por ejemplo, el decidir que Alan Turing formara parte del equipo, después, al
tratar de despedirlo, una decisión muy portante es la de Turing ir a visitar al
jefe de su jefe lo que le brindó mas posibilidades para tomar decisiones más
complicadas como despedir a algunos de sus compañeros. Una vez
descubierto enigma, un máquina capaz de descifrar los mensajes enviados,
comenzaron a surgir nuevos conflictos a la par de otro tipo de decisiones, entre ellas la de mantener a a enigma en secreto.
El código enigma nos permite ver, aunque de forma apresurada, el dilema
trágico en el que estos hombres de mentes y condiciones privilegiadas vivían,
sabiendo que mientras ellos estaban relativamente seguros, de su trabajo
dependían las vidas de millones.
Uno de los momentos más fuertes de la película es
cuando alguien de los compañeros de trabajo pide que eviten se bombardee un barco de guerra británico (que, han descubierto,
es blanco alemán), porque su hermano soldado estará ahí, y todos en el equipo
saben que el precio de salvar a ese hombre podría ser perder la guerra misma,
pues los alemanes se percatarían del conocimiento de los británicos y
cambiarían inmediatamente el código ya descifrado, lo que retrasaría
indefinidamente el fin de la guerra.
Como
al terminar la guerra, el expediente de Turing y de todas las investigaciones
que se realizaron, se clasificaron durante décadas, ni su nombre, ni sus
logros, ni su tragedia, son tan conocidos como debieran.
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