La epistemología de
la complejidad
Brenda Paola Barragán Regalado
27 de mayo del 2020
De acuerdo al texto de Edgar Morín sobre la epistemología
de la complejidad vemos un cambio en la concepción del mundo reflejado en los
paradigmas de estudio de las ciencias, nos narra cómo vamos dejando un poco a
un lado el determinismo seguro que nos mantenía en una línea fija pero
limitante para abrirnos paso a la posibilidad del indeterminismo, dos dicotomías
complementarias una de la otra que juntas permiten una mejor comprensión de la
totalidad.
Para su comprensión nos han enseñado a tomar una pequeña parte
del universo y tratar de comprenderla bajo ciertos esquemas determinados que se
aplican en cada ecuación sin importar mucho sus partes.
Aprendimos a trabajar de esta forma, segmentando la
realidad y recortando lo que no cuadra, aspectos que si se enlazaran con
espacios de la vida que no teníamos idea que pudieran relacionarse no solo se explicarían,
se comprenderían y veríamos lo ambicioso que esta el universo conformado.
Sin embargo la concepción de la complejidad es un tema
poco hablado, inclusive en las charlas informales en los pasillos de las
escuelas, lo complejo es tan complicado, abstracto, difícil de abordar que es dejado
a un lado para tratar con aquello que es manejable.
Lo que denominamos simple no es simple, solo tomamos una
realidad compleja y la minimizamos para tratar no de resolverla sino de dejarla
a un tamaño manejable y comprensible, ignorando la naturaleza compleja de este.
Y no nos damos cuenta porque así fuimos criados desde que nuestro proceso de aprendizaje dio inicio.
Segmentamos para abarcar, para estudiar y dominar, segmentamos la vida
para abordarla cachito a cachito aunque este incompleta.
Pero no vamos a conocer nunca nada en realidad si
trabajos de ver el dibujo del rompecabezas mientras lo tengamos incompleto. Hay
que aceptar las paradojas en la vida como algo normal y correcto, algo posible.
Las ambigüedades también forman parte de un todo, nosotros mismos somos una
suerte de contradicciones, en el pensamiento, en el habla, en las emociones y
aunque no lo parezca en el cuerpo.
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