Vargas, M. (2002, junio-diciembre).
“Comparación del sistema de salud de México y Estados Unidos de América” en Nueva Época. Año 7, núm. 12-13.
En esta pequeña comparación sobre los
sistemas de salud de EUA y México, en base al índice de mortalidad de cada
país, vemos que el dinero que inyecta nuestro país vecino a su salud es porque
sufre más de enfermedades crónico-degenerativas (que ahora vemos en aumento en
México, como la diabetes); mientras que en nuestro país el índice está
mayormente relacionado con enfermedades infecciosas y con causas externas. Me
llama la atención que el porcentaje de accidentes automovilísticos en EUA, así
como el índice de suicidio en sus jóvenes indígenas, es muy alto.
Vemos en común una campaña para la
nutrición y mejoría de la alimentación, pero en efecto son instituciones que se
manejan completamente diferentes. Creo interesante, sin embargo, que en el caso
de EUA sí se toma en cuenta y se contemplan los temas ambientales en las
políticas de salud, pues se sabe que estos influyen en el proceso de
enfermedad. Mientras que México prácticamente los ignora.
Creo que este estudio da datos muy
interesantes, pero mal organizados. Pues si yo no fuera mexicana me costaría
bastante trabajo distinguir cuando habla de qué, pues de ideas y datos sin
concluir de un país, a mi parecer, salta a otro. Además, para ser un texto escrito
en el 2002, habla de estadísticas a futuro en el 2000, sin contextualizarlas. Considera
a la homeopatía dentro de la medicina tradicional que está instaurada en las
regiones rurales del país mexicano, cuando no creo que la homeopatía sea parte
de la medicina tradicional. Además su punto de comparación entre ambos países,
es que los dos se dedican a la búsqueda de mecanismos para hacer llegar los
servicios de salud a quienes lo necesita, y ¿no es este el principio de todos
los sistemas de salud, o al menos lo debería de ser?
Gabriela Becerra C.
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