Aparentemente limpiar la
casa es cosa fácil. Supuestamente todos
tenemos hábitos de limpieza, nos gusta ver la cocina, sala, baños, sobre todo
baños limpios, y los cuartos bien
recogidos y cada cosa en su lugar.
Un amigo dice que la
limpieza en una casa es fácil, cuando solo viven dos, porque con el tercero
entra la discordia. Y es que entre dos personas no hay espacio para la
confusión. Pero qué pasa cuando hay tres. Ahora imaginen en mí caso que vivo
con siete personas. Ocurre un fenómeno llamado ceguera de taller. Te acostumbras a ver casi siempre no tan limpio.
A veces más y a veces menos.
Es una casa de asistencia
donde vivo, estamos estudiantes que manejamos horarios diferentes y tenemos
hábitos diferentes. Me encanta vivir aquí, siempre hay compañeros y buen
ambiente pero un tema difícil es la limpieza. Por lo general siempre hay
trastes sucios y una cocina no muy limpia. Ponernos de acuerdo para la limpieza
de la casa es casi imposible. Unos no estamos en la casa a ninguna hora y otros
entran y salen con amigos. Los intentos por ponernos de acuerdo han sido múltiples,
con distintas dinámicas y formas de organización. Nada ha funcionado, los
sistemas que inventamos fracasan antes de que empiecen.
Los sociólogos siempre
tratamos de entender e intervenir en situaciones díficiles, y queremos
intervenir en problemas como Palestina e Israel pero a veces a nuestra realidad
inmediata no le podemos hacer mucho. La
es una de esas situaciones que no es fácil de abordar. Y es que, por ejemplo en
mi casa, siempre que se pregunta, ¿quién dejo los platos sucios? ¿Quién tiro
esto? No hay respuesta. Todos dicen que ellos si lavaron sus platos o que ellos
ya hicieron sus labores. Entonces pienso: Vivo con las personas más limpias del
mundo, entonces porque siempre la casa esta tan sucia. Creo que la respuesta es
que nadie se hace responsable de sus actos y a nadie le gusta que le digan qué
hacer.
Para este ejercicio,
aproveche que la mayoría de mis roomies estaban comiendo juntos, entonces les
dije: Ey chicos, ¿y si nos ponemos a limpiar la casa después de que acaben de
comer? Algunas como que si se apuntaron y otros como que se hicieron las
despistadas y otros de plano dijeron que no. Entonces dije: hay que fijar un
día a la semana para limpiar la casa. ¿Qué día se les facilita? Y nos
embaucamos en una extenuante discusión.
Al final resolvimos que nos dividiríamos en parejas para mantener
limpias las diferentes áreas de la casa. Y que limpiaríamos 2 veces por semana.
Iniciando la siguiente semana. En realidad no es tan malo, digo, no vivimos en
basurero. Pero un poco de limpieza no vendría nada mal.
Creo que esta es otra de las
dinámicas que no tendrán mucho éxito, de cualquier manera siempre lo resolvemos.
Casi siempre pagamos a alguien para que nos ayude. Por lo pronto ya nos hemos
organizado pero hoy, hoy la casa sigue igual.
Hasta la siguiente semana
comenzamos…
jaja, esa "ceguera de taller" pasa mucho en mi casa también. Suerte con la limpiada Cecy.
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