Trabajo final
Mayra Elizeth navarro Martinez
Mayra Elizeth navarro Martinez
"Consumo de prostitución por el manejo de una doble moral"
Justificacion
Considero que a pesar de ya muchas veces haber sido abordada esta cuestión de la prostitución femenina, siempre se encontrara algo de lo que no se tenía razón, puesto cada individuo proyecta su percepción sobre distintos temas, dando así un toque peculiar, pero siempre teniendo en mente todo lo que ya se dijo, gracias a los antecedentes podemos atar mas conexiones llegando así a una realidad más convincente y certera para los demás. Es interesante observar como hasta lo que parece ser más innovador, ya ha sido pensado y escrito por alguien más.
La prostitución femenina ha pasado por una larga lucha, donde muchas mujeres han ido cayendo, a veces pareciera que la discriminación que existe no tuviera ni un grano de mejoría, pero por un lado, podemos comparar primeramente la situación de la mujer actual a la de hace décadas atrás.
Se tratara de recabar los mayores datos para así lograr comprobar o desacreditar “si el mayor numero de los que acuden con las prostitutas manejan una doble moral”, quizás una de las posibles causas sea la “hipocresía” que se maneja entre la población, donde es satanizado todo lo que sale de la normatividad de lo bien visto.
Todo parte también de aquel imaginario constituido también socialmente en que nos enseñan, a reprimir tu sexualidad con ella tus impulsos si eres mujer por lo contrario desplazarlos al por mayor si eres hombre, mostrando y engrandeciendo de manera excesiva una virilidad regida por una serie de cuestiones que constituyen el arte de ser un buen varón.
Se trabajara con cuestiones limitadas, poniendo al típico macho “don Juan” descrito como aquel que goza la condición de tener muchas chicas, también aquel marido que frecuenta esos servicios y los barrios bajos, entendidos como lo que mantienen una cuestión económica mas baja.
Planteamiento
La prostitución es un fenómeno social que desde tiempo atrás
viene arrastrando una serie de suposiciones que con el paso de los años han
sido puestas en torno a esta profesión, aun es realizada tanto por hombres como
por mujeres, el ojo de la sociedad esta puesto en el estigma cargado por las
mujeres, delimitado de forma arbitraria y desigualitaria, señalándola,
discriminándola, no reconociendo dignamente todo lo que conlleva realizar este
oficio considerado “el más antiguo”. Muchas veces se ha estipulado por ahí que
las prostitutas así como son tachadas, también son necesarias, para calmar “los
bajos instintos de aquellos machos, que mantienen en pedestales a la tiernas y
dulces esposas”. Aunque hablando claro
para estas ellas suelen ser como esa piedrita que atrofia su felicidad, sin ver
más allá, que son aquellos los que “acuden a solicitar sus servicios”. La
prostitución es entendida “como aquel acto sexual realizado con interés de
recibir una retribución monetaria o de un bien material, que se mantiene con
alguien que no existe lazo alguno, llámese personal o amoroso”. Muchas veces yo he cuestionado lo
incuestionable, quizás para algunos, “si solo tomamos en cuenta que el prostituirte
es tener relaciones a cambio de una retribución, de algún tipo, entonces me
atrevo a decir “todas somos prostitutas”, no existe razón alguna para
recriminar el porqué te dedicas a eso, sean las razones que cargue tu historia
de vida. Pero eso no es lo mas importante en esta cuestión, mi experiencia y la
búsqueda de información sobre este tema, me ha metido una incertidumbre, basada
en la “doble moral” que se maneja simplemente al recurrir a un servicio así,
que aun es mas perseguida bajo un compromiso de por medio como lo es estar
casado. Todo empezó así, considero que la mayoría del porcentaje de sus
clientes están casados, sumando “la doble cara que manejan”.
Como en cualquier ámbito existe una gran gama de prostitutas,
la cuales están diseñadas desde el nivel más bajo hasta aquellos con mas
solvencia económica, que ambos tienen su manera peculiar de desenvolver esta
actividad, caracterizando así totalmente el escenario. Me basare en los barrios bajos, aquellos
lugares que se vuelven tan controversiales, tan solo por contar con ese nivel
económico, volviéndolos marginales, pero quizás los que muestran la realidad
más certera de lo que se vive al diario. Aunque si bien estoy consciente, sexualmente
hasta el más adinerado lo transforma esos instintos bajos.
Desarrollo
La prostitución
femenina siempre ha sido uno de los fenómenos más controversiales en cualquier
aspecto donde se aborde, debido a la percepción tan ambigua que se le adjudica.
Esta es considerada como el oficio más antiguo de la historia de la humanidad,
como aquel mal necesario, que abraza todas las épocas y tiempos de la historia
humana.
La prostitución es aquel acto que consiste en tener
relaciones sexuales con personas extraña a cambio de una retribución monetaria
o de bienes materiales. Este implícito el pago se realiza para obtener una
gratificación específica. Una de sus
características existentes es que esta la mayoría de sus ocasiones es realizada
con personas sin vinculo emocional o afectivo. Otras en su defecto si tienen la
oportunidad de seleccionar a sus clientes.
Si bien muchas son las veces que se ha debatido en torno a
este fenómeno, porque gira en torno “al comercio del sexo”, que aunque bien
hace alusión a una industria donde se
trata de vender y comprar actividad muy intima y significativa, como lo es el
cuerpo de una mujer.
Muchas de las veces las condiciones en que es realizada esta
profesión trae consigo muchos aspectos negativos que derivan la emigración
ilegal con fines de explotación sexual, la transmisión de infecciones sexuales,
la existencia de mafias y sobre todo una lucha constante de todas estas por ser
socialmente reconocidas y respetadas por la sociedad.
Desde tiempos atrás la sociedad tiende a estigmatizar y
etiquetar a todas esos sujetos que rebasan los límites de lo bien visto y lo
que no está permitido hacer, la prostitución es uno de las acciones más
sublimes que ha permanecido bajo esta categoría, subordinándolas creando una
hegemonía de los hombres hacia las mujeres, convirtiéndolas en mercancías del
placer.
La manera de organización de la sociedad determina el espacio
en que cada uno de los sujetos se moverá, la asignación de los roles siempre ha
inclinado mas al sistema patriarcal done es el hombre el que mantiene control
en la mujer, en base a una serie de mandatos respecto al binomio existente
de la sexualidad-placer. Las mujeres
están ligadas con una única función “la reproducción”, mientras que el hombre
su sexualidad está centrada en torno al placer y la recreación, basándonos en
la clara división realizada de los papeles que desempeña uno y otro en la
sociedad. Las mujeres están asociadas a “ser madres y esposas”, por lo tanto
entender que una mujer puede gozar su sexualidad es un tabú grande que existe
en el inconsciente de muchos varones cuando estos realizan el papel de
“esposos”, que esta es la clave de esta investigación. Viéndolo desde que
algunos barones buscan fuera de casa esa sexualidad plena que no conciben
encontrar en casa por esa fuerte carga de ideologías que están determinadas en
algunos de ellos, les es difícil compaginar la imagen pulcra de la buena esposa
y la madre con las ideas existentes de aquella amante que cumplirá todas esas
fantasías y será cómplice de sus instintos bajos, considerando así imposible la
realización de ambas tareas.
Una de las causas de esta separación entre “esposa” y
“amante” es la existencia de toda esa carga de estereotipos, que ha hecho
atribuirle el deseo sexual exclusivamente al sexo masculino. Por lo
consiguiente cuando estos acuden a las prostitutas, caen en mantener una
aprensión y dominación sobre estas, tratándolas como objetos que satisficieran
sus placeres, descargando con énfasis lo que no harían con las esposas.
Este comercio sexual cuenta con funcionamientos sexistas: un
hombre compra o alquila un “servicio” sexual como mercancía; sin embargo cuenta
con un acuerdo que va más allá de un servicio equitativo, girando en el modelo
de dominación patriarcal, posicionándola en objeto subordinado.
Como antes lo habíamos mencionado esta actividad realizada
por varones casados, trae una fuerte carga de prejuicios sobre la sexualidad de
la mujer, donde está situado como dominante en el modelo patriarcal, teniendo
el mando y obteniendo el permiso “disfrazado” de satisfacer sus instintos pese
a que este maneje una “doble moral” o “doble cara”, entendida como el criterio
que se aplica a un individuo ejerce una conducta distinta e imparcial en
diferentes circunstancias, personas y lugares; un ejemplo claro es lo debatido
“el esposo que mantiene relaciones sexuales fuera del matrimonio y a espaldas
de la esposa”. (Es necesario aclara que está claro que una relación tradicional
es conformada por dos individuos, quienes determinan la jugada en ella, por lo
que pueden estipular cuestiones no “comunes”, pero no por eso serán
desaprobadas, este trabajo será limitado solo aquella, relación donde, el
esposo acude o mantiene relaciones extramaritales sin consentimiento de la
esposa).
Cuando existe una contraposición, en “como amar lo no
deseando y desear lo no amado”, entendemos esta interacción entre la
prostitución que sustentan la vida cotidiana, los cuales son formados por la
madre y la esposa que forman parte del espacio privado, de la intimidad del
individuo, donde en esta todo es válido.
Haciendo alusión a lo antes mencionado, “el hombre siente
coartada casi siempre su actividad sexual por el respeto a la mujer solo
desarrolla su plena potencia con objetos sexuales degradados, circunstancias a
las que coadyuva el hecho de integrar en sus fines sexuales componentes que no
se atreve a satisfacer en la mujer estimada. Solo experimenta, pues, un pleno
goce sexual cuando puede entregarse sin escrúpulo a la satisfacción, cosa que
no se permitirá, por ejemplo, con la mujer propia. De aquí su necesidad de un
objeto sexual rebajado de una mujer éticamente inferior en la que no pueda
suponer repugnancias estéticas y que ni conozca las demás circunstancias de su
vida, ni pueda juzgarle. A la mujer dedicara entonces sus energías sexuales
aunque su cariño permanezca otra de tipo más elevado” (Sigmund Freud, 1912). En
1910 Freud dedico un artículo “sobre un tipo especial de la elección de un
objeto en el hombre” en el cual intenta explicar las condiciones que determinan
la elección particular de objeto sexual, son al menos dos las condiciones
exigidas al objeto amoroso, considero pertinentes: “el sujeto hombres no
elegirá jamás a una mujer a quien suponga “libre” entendiendo por tal, una
mujer soltera o independiente del lado amoroso, su elección recaerá, en alguna
mujer sobre la cual pueda ya valer un derecho de propiedad” , no se puede dejar
pasar la naturalidad y la falta de crítica con la que este utiliza el término “
derecho de propiedad”, pues esta es una clave donde se puede observar el deseo
de posesión ejerciente de los impulsos masculinos , considerando así que la
mujer puede cobraría valor en relación con otros hombres.
Podemos obtener entonces que los hombres desearan aquellas
mujeres, dominadas por “el pecado”. “aquellas, que por l contrario se muestren
como castas, puras de conducta intachable no despertaran el menor interés, en
lo que respecta la satisfacción sexual de los hombres… podemos llamarlo “amor a
las prostitutas” (Freud 1910, 1926).
Por otro lado sabemos que aquella mujer puesta en su hogar
será utilizada por llamar así para otros fines, como lo puede ser la
maternidad. De acuerdo a estas postulaciones, el feminismo ha marcado dos
caminos establecidos para las mujeres “ser madre o ser puta”, en base al
imaginario masculino antes mencionado, la ambigua distancia de estos términos
se realiza de forma interesante y en conveniencia de sus intereses, todas son
putas excluyendo… la hermana, la madre, la novia o la esposa.
Si se analiza esto antes mencionado podemos llegar a un punto
sumamente interesante donde se crea una visible división, encajonándolas como
objetos o mercancías, refiriéndonos aquellas que son compradas, vendidas o
intercambiadas que son “la prostitutas” y las otras dignificadas contempladas
en proyectos personales que son las esposas.
Sabemos que todo lo antes mencionado forma parte de lo “brillantemente”
establecido por la sociedad, los varones desde que nacen son manejados en base
a sus instintos, predeterminando sus actos, su sentir y el cómo pensar. En
cualquier grupo social esta estipuladas ciertas normas que para permanecer
dentro tiene que haber empatía entre el individuo y ellas, es aquí donde
mostramos el cómo este debe ser insensible (refiriéndose a ocultar sus
emociones), inquebrantable (tan fuerte como un roble), violento (para
defenderse y estar atento a cualquier provocación) y la que más nos interesa
viril (siempre con ganas y si dejar ir a cualquier dama que tenga a su alcance)
entre otras. Es aquí donde todas estas variables conforman el mundo de los
hombres, fomentado hacer el uso de los “prohibido” y manejar una doble moral.
Hablar de
prostitución es hablar de “putas”, “burdeles”, “mafias “entre otras, va mas
allá de un sistema de complejidades, en el que la sociedad se aferra a ocultar
que en la “industria del sexo”, estas son mujeres valiosas que no solo prestan
un servicio carnal, se ganan la vida pero también día a día la ponen en riesgo,
ya que los clientes se encuentran en rotación, sin saber quién será ese con el
que ahora intimaran.
Entre ellos
es muy frecuente acudir a “bules” como una práctica habitual que llena de orgullo
ente su comunidad, ganando respeto entre ellos por realizarla o desmeritándose
en su defecto. Este constituye a un
modelos cultural hegemónico que dictamina quien y como se convierte en
macho, dando así una ejemplificación como genitales-dinero=virilidad, donde por
supuesto la mayoría de las veces se vuelve espectáculos entre ellos.
A pesar de las especulaciones existentes de que la mayoría de
los consumidores de prostitución, buscan en ellas el satisfacer el placer
sexual, esto se sostiene por lo antes mencionado en cuanto ala imaginario y sus
fantasías, ya que existe parámetros de distinción entre las de prostitutas, lo
que hace suponer que cualquier nivel socioeconómico tiene acceso a ellas,
mencionando que estas suelen ser complacientes y como todo negocio se estipulan
los servicios determinando que el cliente lo consuma o no. Muchas veces los
varones suelen escudarse en comparativo con “un animal de la naturaleza,
reaccionando a la menor provocación y dando salida a desatar esos bajos
instintos” (Volnovich).
Es importante mencionar que lo “bueno y malo” solo es
establecido internamente por uno mismo, aunque las condiciones por la que nos
rige la sociedad son factiblemente cuadradas, muchas veces nos arrastra hacia
ellas, logrando así unirnos a lo que todos lo demás piensan, estos es
irremediable, aquí recae la dignificación y reconocimiento de su trabajo.
“simular placer durante la ejecución, fingir orgasmos y tolerar hasta el
extremo aquellas formas inimaginables de violencia, sobre su cuerpo, sin poner
resistencia alguna él una situación a valorar” (organización Whisper)
Se sabe como en todo consumo el cliente escoge lo que pagara,
en ellas no solo buscan descargar sus
deseos, si no también se exige calidad sobre lo que se está consumiendo, en
ocasiones esta hegemonía masculina mezcla el poder y sinonímica abuso del
poder.
Conclusiones
Considero que a pesar de ya muchas veces haber sido abordada esta cuestión de la prostitución femenina, siempre se encontrara algo de lo que no se tenía razón, puesto cada individuo proyecta su percepción sobre distintos temas, dando así un toque peculiar, pero siempre teniendo en mente todo lo que ya se dijo, gracias a los antecedentes podemos atar mas conexiones llegando así a una realidad más convincente y certera para los demás. Es interesante observar como hasta lo que parece ser más innovador, ya ha sido pensado y escrito por alguien más.
La prostitución femenina ha pasado por una larga lucha, donde muchas mujeres han ido cayendo, a veces pareciera que la discriminación que existe no tuviera ni un grano de mejoría, pero por un lado, podemos comparar primeramente la situación de la mujer actual a la de hace décadas atrás.
Se tratara de recabar los mayores datos para así lograr comprobar o desacreditar “si el mayor numero de los que acuden con las prostitutas manejan una doble moral”, quizás una de las posibles causas sea la “hipocresía” que se maneja entre la población, donde es satanizado todo lo que sale de la normatividad de lo bien visto.
Todo parte también de aquel imaginario constituido también socialmente en que nos enseñan, a reprimir tu sexualidad con ella tus impulsos si eres mujer por lo contrario desplazarlos al por mayor si eres hombre, mostrando y engrandeciendo de manera excesiva una virilidad regida por una serie de cuestiones que constituyen el arte de ser un buen varón.
Se trabajara con cuestiones limitadas, poniendo al típico macho “don Juan” descrito como aquel que goza la condición de tener muchas chicas, también aquel marido que frecuenta esos servicios y los barrios bajos, entendidos como lo que mantienen una cuestión económica mas baja.
Bibliografia
Bibliografia
http:148.202.18.157%2Fsitios%2Fpublicacionesite%2Fpperiod%2Ftakwa%2FTakwa10%2Ffidelina_gonzalez
http://guadalajara.academia.edu%2FLauraBen%25C3%25ADtezBarba%2FPapers%2F509219%2FLenonas_rufianes_y_alcahuetes_El_manejo_de_la_prostitucion_en_la_Guadalajara_porfiriana1860-1880
Jaime
Tamayo, "movimientos sociales, estado y sistema político en
México”, editorial universidad de Guadalajara, pág. 309 a 327.
Olmedo Fernández, Sara. “Análisis del cliente
que consume prostitución desde una perspectiva de género”. “TFM, máster en
estudios interdisciplinarios de género”. Julio 2011. pág. 136
Dafna marina, “masculinidad
hegemónica de la prostitución, universidad de argentina, 2009.
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