sábado, 25 de noviembre de 2017

Comentario acerca de la percepción de la migración en México Luis Mario Chávez Aceves



La necesidad de migración guinda sobre dos situaciones que son considerados sus detonantes: La idea de concebir la migración como algo opcional en busca de mejores oportunidades o por el querer conocer un nuevo territorio. La segunda es una migración forzada, aquella donde la oportunidad para migrar tiene el imperativo no sólo de la obtención de mejores oportunidades de vida, sino que es donde los mecanismos tildados de clandestinos encuentran campo de operación.
Algo que es importante destacar es el elemento de diferenciación entre el proteccionismo de los derechos humanos y la defensa de la soberanía nacional. Por un lado, se reconoce al sujeto migrante como acreedor de derechos dentro de territorio extranjero, siempre y cuando este pueda cumplir con ciertos requisitos, como comprobar que tiene solvencia económica y que cuenta con un empleo en territorio extranjero que no permita que su tiempo de estancia exceda a uno determinado.
El otro elemento tiene que ver con el problema de ver al sujeto extranjero como una amenaza, donde se señala el cuidado del territorio, en cualquier circunstancia. Esta enemistad esta puesta sobre la idea de un acaparamiento de puestos de trabajo por extranjeros que podría diezmar (bajo esa lógica) las oportunidades de vida para la gente oriunda. El hecho de ver en el sujeto extranjero una amenaza potencial no así sino complicar el intento por el reconocimiento legal de él en otro territorio, se le provee de derechos pero siempre con restricciones, se le dispone de oportunidades, en un escenario que no hace inclusión social y tampoco elimina los factores que en primer obligan a considerar la migración no visto como un problema desde el contexto del migrante, de sus motivaciones sino simplemente, justificándolo como problema en la medida que afecta al territorio al que se desee llegar por una vía que no sea la burocrática.

Cuando se hizo mención de que las motivaciones para la migración tenían que ver en un inicio con el dejar un territorio por placer y en otro momento por necesidad se pensaría que, a fin de poder facilitar el tránsito de los migrantes centroamericanos, la creación de una ley que permitiría su protección sería suficientemente completa para cubrir sus posibles implicaciones, el hecho de ignorar que los migrantes dejan  su lugar de origen por causas como: una situación económica desfavorable y la violencia, dificultad su posibilidad de transito por la vía legal al tener que cubrir requisitos imposibles parecen una excusa para el castigo por el uso de los mecanismos clandestinos, los llamados polleros, que al mismo tiempo se ven impulsados.
Algo interesante es el cambio de la representación del migrante en primer lugar aquel que se presentaba como un sujeto que con la aspiración de alcanzar una mejor calidad de vida era consciente del riesgo que implicaba el intento por cruzar la frontera, y, por otro lado, la representación del migrante que ya habiéndose establecido en un nuevo lugar labora con miedo de que en cualquier momento puede ser deportado, ya que su estancia no es reconocida.
Se nos demuestra que las condiciones se vuelven adversas en tanto no haya una representación apropiada del problema, es decir se pretende cubrir el problema como algo que tiene vigencia, sin tener en cuenta que las circunstancias detonantes de la migración persisten. En tanto los mecanismos de legitimidad no dejen de ser adrede complicados de cumplir, la transición del sujeto migrante por vías ilegales no dejará de crecer.


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