viernes, 8 de diciembre de 2017

Trabajo Final

LA COMPLEJIDAD DE LA RUTINA DESDE EL PARADIGMA DE LA COTIDIANIDAD
Por: Durán Alcaráz Karina Rubi.

5- Diciembre-2017

“Lo viviente no es simple,
no depende de la lógica que
aplicamos a todas las cosas
mecánicas, sino que postula una
 lógica de la complejidad[1]
-Edgar Morín-

Introducción

En el siguiente artículo se pretender plantear un análisis del fenómeno de la rutina en el contexto de la actividad social, con base en el paradigma de la cotidianidad, haciendo contraste con la teoría de la complejidad de Edgar Morín (2005).

El propósito del artículo es identificar la complejidad en el fenómeno de la rutina, como parte de la vida cotidiana; ya que de esta manera se podrá señalar, desde un panorama más amplio y por supuesto más complejo, la importancia de analizar cómo es que los sujetos a través de algo que dentro del constructo social se puede considerar rutinario, conlleva una serie de mecanismos u organicismos[2] que son fundamentales para el funcionamiento efectivo de la cotidianidad que es ejercida de manera natural por la subjetividad de los individuos, que descartan la existencia de los elementos que conforman la rutina, ausentando la posibilidad de encontrar la complejidad en estas situaciones.

Desde esta perspectiva Edgar Morín (2005) nos expone la problematización a partir de la identificación de la complejidad en los fenómenos cotidianos, como lo es la rutina; ya que para adquirir un nuevo panorama de la vida cotidiana es importante identificar la complejidad de cualquier fenómeno o sistema, por más repetitivo que se encuentre, ya que existen complicaciones que no son identificadas de manera inmediata y como consecuencia el individuo no problematiza el mundo que lo rodea.

Así mismo a lo largo del texto se pretende plantear algunas definiciones con base en teorías que hacen alusión a conceptos relacionados al artículo, para lograr una mejor visión del paradigma de rutina como un fenómeno de la complejidad.
En primer lugar encontraremos la definición y problematización del concepto de rutina, con la finalidad de aterrizar y vincular con el paradigma de la cotidianidad.

La rutina elemento de la cotidianidad.

En primera instancia me parece pertinente desarrollar la definición de rutina que han dado algunos autores, sin embargo es importante mencionar que el constructo social concibe el término rutina como un hábito o una costumbre que se desarrolla de acuerdo al contexto en el que se interactúa de forma automática, sin necesidad de implicar el razonamiento ya que para poder llevarla acabó el sujeto se sumerge en un ciclo de actividades que desde su subjetividad están determinadas y que son parte de un circuito cerrado, que consecuentemente no puede ser alterado debido a su mecanicidad de horarios, funciones y actores. Humberto Giannini (1987 p. 42) sostiene que “…la palabra ‘rutina’, (…) proviene de ‘ruta’. De un movimiento rotatorio que regresa siempre a su punto de origen”; por lo tanto se señala que en la rutina se encuentre un mecanismo de rotación “…la rutina es regreso a lo consabido, a lo mismo; y este hecho está ligado a un continuo asegurarse de la norma y la legalidad de las cosas” (p. 41); esto quiere decir que consecuentemente la rutina se inserta en un circuito de traslación que al mismo tiempo es repetitivo y que para Giannini la “ruta” o rutina es “el camino construido sobre un entramado de normas, eternas e interiorizadas, visibles o invisibles, que aseguran la llegada normal y regular a nuestro destino”(p. 42); además también menciona que la rutina no se puede alejar de la cotidianidad[3].

Mirar la cotidianidad como un proceso complejo asociado a la rutina, que vincula los mecanismos del mundo especificados en contextos determinados, incita a que sea vivificada como una experiencia de apropiación, en la que actúan contenidos de saberes y prácticas, que son adoptadas por los individuos de forma natural como parte de un proceso de cosificación.

En el supuesto de analizar  la cotidianidad como una experiencia de apropiación, es partir de la idea que ésta, puede considerarse como una dinámica humana, donde se enlazan una serie determinaciones sociales, comportamientos y vivencias culturales y psicosociales. Los cuales en su interacción rotatorio o repetitivo dan cuenta de la historicidad de los sujetos en su vivir de todos los días.

Lo anterior saca a colación otro concepto que hace alusión y que desde mi perspectiva es el escenario de la rutina o de la cotidianidad, que es lo que llamamos vida cotidiana, para Rossana Reguillo (2000), la vida cotidiana “se constituye en un lugar estratégico para pensar la sociedad en su compleja pluralidad de símbolos y de interacciones ya que se trata del espacio donde se encuentren las practicas y las estructuras del escenario de la reproducción y simultáneamente de la innovación social”; esto quiere decir que sin duda, donde se inserta la rutina no es en otro lado, más que en la vida cotidiana.

Conclusión.

Con base a todo lo anterior se puede señalar que no se puede hacer un análisis de las problemáticas sociales sin antes abordar esta cuestión de la rutina o cotidianidad social como parte de la vida ordinaria. Y aunque el tema de la rutina no suene algo complejo, señala Maurice Blanchot (1987 p.32) “lo que ocurre con nuestra cotidianidad es que precisamente por estar muy presente y ser muy evidente se nos vuelve también imperceptible e inteligible” y esto es precisamente lo que rescata Morín de los fenómenos, que aunque se visualicen de una manera simple, al momento de que los sujetos adoptan o crean un mecanismo en su vida, omiten la complejidad de lo que están viviendo, debido a que la repetición o reproducción de las actividades sociales suelen segar a los sujetos negando la realidad de la complejidad, para insertarse y reproducir la lógica de la rutina.

Una opción de acercamiento a la comprensión de la cotidianidad social la podemos encontrar en la fenomenología (Husserl 1984)  ya que desde esta postura podemos identificar que los fenómenos sociales, en nuestro caso la cotidianidad, existen a raíz de sus propias interrelaciones y a la creación de escenarios en su vida diaria ; así mismo nos permite pensar el fenómeno de la rutina como un proceso dinámico, vivo, que concibe una realidad específica y que inserta significaciones y sentidos concretos en los individuos en sus contextos de vida.

Bibliografía.

Acevedo, Jorge, Pensando la vida cotidiana con Humberto Giannini. Limite (en línea) 2016: (Consultado el 3 de diciembre de 2017) Disponible en:<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=83648394006> ISSN 0718-1361 

Husserl, Edmund (1984), Crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental. México: Editorial Folios Ediciones

Lalive D´epinay, Christian, La vida Cotidiana: Construcción de un concepto sociológico y antropológico. Sociedad Hoy (en línea) 2008: (consultado el 3 de diciembre de 2017) Disponible en: <http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=90215158002> ISSN 0717-3512 

Morín, Edgar. (2005). Introducción al pensamiento Barcelona: Editorial Gedisa.

Reguillo, Rossana. (2000). La Clandestina Centralidad de la Vida Cotidiana. México: Editorial Anthropos.

·


[1] Morín, Edgar. (2005). El sistema abierto. En Introducción al pensamiento complejo (p. 43). Barcelona: Editorial Gedisa.
[2] Para Morín el organicismo, en una palabra, supone una organización completa y rica (2005  p. 52).

[3] Lalive describe la cotidianidad como una “dialéctica entre la rutina y el acontecimiento” (2008 p.9)

No hay comentarios:

Publicar un comentario