11 de marzo, 2020
Sanjuana
Morales Nájera
Esta lectura me pareció muy acorde para abordar el tema de la
marcha de mujeres que se suscitó el pasado domingo 8 de marzo, 2020 aquí en Guadalajara
Jalisco.
El ser humano es un ser complejo por excelencia, como menciona
Edgar Morin (2004), que dijo Thom: “Quien conozca al hombre, conocerá el
universo”; a la vez todos los seres humanos somos muy parecidos y a la vez somos
muy diferentes; ¿a qué me refiero? Si la complejidad abarca lo invisible, que puede
ser sencillo, por otro lado, también abarca lo visible, que puede ser complicado;
entonces esto explica el fenómeno de la marcha o manifestación, del 8 de marzo
del 2020, que fue colectiva y a la vez individual. Individual porque detrás de
ella se movieron muchos factores; como los valores y creencias aprendidos en la
familia, en el medio en que nos hemos movido y desarrollamos y en la sociedad
en general. Estas creencias y valores generan emociones, que suscitan en el ser
humano las acciones. Por ejemplo, el objetivo de la marcha fue el manifestar la
inconformidad ante la realidad de los feminicidios y violencia
contra la mujer, que se han venido realizado durante mucho tiempo, pero detrás
de querer manifestarse podría estar la
situación de que cada una de ellas han sufrido violencia de muchas maneras o
hacia algunos familiares y personas cercanas y por lo tanto, al haber tenido esta
experiencia se presenta la rabia y coraje ante esta realidad, es decir detrás de
esta manifestación, está la experiencia individual personal, lo subjetivo que
mueve a la acción concreta.
Así mismo, al hacerse colectiva esta manifestación, se manifiesta
lo visiblemente complejo. Al reunirse más
de 35 mil mujeres (Periódico el Informador); cada una con su propia autonomía y
al mismo tiempo con ideologías diferentes, dieron pie a que aparecieran variables
diferentes: Un número elevado de mujeres portando pañuelos verdes y azules, etc.,
pero unidas por el mismo fin, y por otro lado otras mujeres unidas a la marcha,
fortaleciendo por el lado espiritual para que se todo se desarrollara en paz y
sin violencia. ¿Cómo un puñado de mujeres se pueden reunir y estar juntas en
una marcha con diferentes valores, ideologías etc.? y ¿cómo otras mujeres pueden
unirse, aunque no estén presentes físicamente? Y es aquí, como dice Morin (2004), reside algo
así como el cerebro que está compuesto por células, pero el funcionamiento del
cerebro lo da la interacción que se establece entre las mismas. Y es así
también como intervienen todas las ciencias, las ciencias del cerebro, del
espíritu, las ciencias sociales, de la historia, de las ideas, etc., haciendo
mancuerna ante este y otros acontecimientos para ofrecer una explicación o conocimiento
cada vez mayor, aunque sin dejarlo cerrado completamente. Es así como funciona
la epistemología de la complejidad, que es inacabada. Y es así como todas las
mujeres unidas y en conjunto lograron funcionaron y lograron que la manifestación
fuera un éxito y que se realizara en paz, sin violencia; y ni una sola es menos
importante que la otra, sino más bien la una y la otra hicieron imposible este gran
acontecimiento: “Marchar para exigir sus derechos; derecho a la seguridad, a la
vida, a ser tratadas con dignidad y sin violencia, etc. “.
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