La academización del pensamiento crítico
Osmar
Alejandro Ruelas Jara
Zygmunt
Bauman fue uno de los primeros autores de los que me enamoré y que de hecho
hizo que me interesara estudiar sociología. Si hubiera leído este libro en ese
entonces me hubiera enamorado aún más, pero ahora que soy un ser más amargado,
ya tengo muchas reservas con él, y este tema no ha sido la excepción.
Sinceramente
no veo en qué sentido o por qué razón nos está hablando de algo que, a este
grado de la licenciatura, no nos hayan mencionado ya en tan repetidas ocasiones
y con otros (y mejores) autores; cuestionarlo todo, el sistema de creencias, la
deconstrucción, etc. De hecho, que lo quiera llevar en un sentido más
metodológico en un contexto académico es un tanto contradictorio y hasta cierto
punto privatizante, pues si algo me enoja más que la competencia entre ciencias
sociales que solo hacen que se especialicen más en sí mismas sin poder
articularnos entre nosotras (y que por ello el pensamiento crítico no es algo
propio ni especial de la sociología, ni siquiera porque lo aplique en lo
social); es que precisamente el cuestionarse todo sea algo propio de las
ciencias sociales, o de la ciencia, separando a las personas en personas común
y personas de ciencia (por no separarnos en gente estúpida y gente que estudió
un doctorado) y con ello separando a la ciencia o simplemente a lo crítico de
las cualidades humanas, de lo que nos hace humanos.
Estoy
harto de que se haga esta distinción porque de esta dependemos para que exista
la sociología.
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