Reflexiones
en torno al COVID-19
Isabel Domínguez Álvarez
La vida social humana así como la forma en la que se
relacionan las personas ha cambiado de forma drástica por la repentina
aparición del virus COVID-19 ya que la
forma más efectiva de enfrentar la pandemia y evitar la propagación masiva del
virus es el distanciamiento social. La pandemia
se extendió de forma global por lo que ha evidenciado las crisis de la
modernidad.
Los científicos
sociales están atentos a los cambios que
estamos viviendo como sociedad y como individuos siendo conscientes de la
complejidad de problematizar en un monumento histórico que cuenta con dinámicas
hace poco desconocidas, sin embargo es posible tratar de explicar la realidad
por medio de ideas concebidas en otros contextos históricos.
El estado ha tomado un papel central en la constitución de
la modernidad por lo que no es de extrañar que se encuentre en el centro de las
reflexiones en lo que concierne a la pandemia. El distanciamiento social ha
sido una medida necesaria para evitar los contagios masivos y al mismo tiempo
impedir que los sistemas de salud colapsen, el estado como encargado de
informar a la sociedad al mismo tiempo que es el responsable de la vigilancia y
la organización social se ha visto fortalecido en ciertos aspectos. En algunas naciones asiáticas por su cultura
el estado se fortaleció ya que la forma de enfrentar el virus ha sido mucho más
efectiva, en los países occidentales el
estado pareciera que tiene que tomar medidas autoritarias para que las personas
no salgan de sus casas. En algunos países latinoamericanos las medidas para
asegurar el distanciamiento social incluyen la militarización y la intervención
policiaca, a pesar de que algunas personas hacen un llamado a no olvidar los
derechos humanos se coloca como prioridad
asegurar que la pandemia no se extienda más ya que podría implicar la
muerte de una gran cantidad de personas que forman parte de la población. Si
bien estamos viviendo una crisis, el estado se ha fortalecido por lo menos a lo
que se refiere a cuestiones de vigilancia.
La corporalidad y el COVID-19
El cuerpo es lo que permite que los sujetos se relacionen
socialmente, sin embargo al seguir las medidas de sanidad que implican el
distanciamiento social algunos grupos de personas (por ejemplo los estudiantes
o los trabajadores que pueden trabajar desde casa) ya no pueden relacionarse de
forma corporal, la interacción social se está dando de forma distinta. La
tecnología ha sido una parte indispensable para que las personas que pueden
quedarse en casa ya que les permite continuar con sus actividades desde la
distancia. Ahora los y las estudiantes toman clases virtuales al mismo tiempo
que las y los trabajadores dedican su jornada laboral al “home office”. Una
parte de la población debido a la cuarentena solo sale para hacer actividades
indispensables como la compra de despensa, las personas que salen a la calle
tienen que usar cubrebocas de forma obligatoria ya que pueden ser acreedores de
sanciones o el impedirles el acceso a
los medios de transporte colectivo. Continuamente nos recuerdan que tenemos que
lavarnos las manos, no tocarnos la nariz ni los ojos e incluso si tenemos que
salir a la calle tener el cuidado de cambiarnos de ropa y zapatos al llegar a
casa, como individuos también han cambiado nuestras rutinas diarias. La
distancia social no es solo quedarse en casa sino cambiar las formas de
relacionarse socialmente en los espacios públicos ya que a pesar de que las
personas se encuentren fuera de sus casas no interactúan de la misma manera
sobre todo lo que comprende a la corporalidad.
Estamos viviendo una época de cambios que comprenden varios
aspectos de nuestras vidas tanto de forma social como individual. Ya no
interactuamos de la forma que lo hacíamos cotidianamente, los conocimientos que
creíamos tener acerca de la sociedad ya no nos sirven del todo.
A modo de conclusión creo que en un momento como este
surgen muchas preguntas respecto a la reproducción de la vida en una estructura
global y capitalista. Algunas personas solo pueden interactuar a través de
pantallas mientras que otras tienen que salir con todos los riesgos que implica
porque necesitan trabajar para alimentarse mientras que otras se quedaron sin
trabajo por la cuarentena. Es un buen momento para hacer un análisis de la
realidad que nos rodea y ser conscientes de que a pesar de estar dentro de una
estructura globalizada las experiencias de los sujetos son diversas y no todas
las naciones están pasando por lo mismo en esta situación de crisis
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