domingo, 24 de mayo de 2020


  Reflexiones en torno al COVID-19  

                                               Isabel Domínguez Álvarez 

La vida social humana así como la forma en la que se relacionan las personas ha cambiado de forma drástica por la repentina aparición del virus COVID-19 ya que  la forma más efectiva de enfrentar la pandemia y evitar la propagación masiva del virus es el distanciamiento social. La pandemia  se extendió de forma global por lo que ha evidenciado las crisis de la modernidad. 
 Los científicos sociales  están atentos a los cambios que estamos viviendo como sociedad y como individuos siendo conscientes de la complejidad de problematizar en un monumento histórico que cuenta con dinámicas hace poco desconocidas, sin embargo es posible tratar de explicar la realidad por medio de ideas concebidas en otros contextos históricos.  
El estado ha tomado un papel central en la constitución de la modernidad por lo que no es de extrañar que se encuentre en el centro de las reflexiones en lo que concierne a la pandemia. El distanciamiento social ha sido una medida necesaria para evitar los contagios masivos y al mismo tiempo impedir que los sistemas de salud colapsen, el estado como encargado de informar a la sociedad al mismo tiempo que es el responsable de la vigilancia y la organización social se ha visto fortalecido en ciertos aspectos.  En algunas naciones asiáticas por su cultura el estado se fortaleció ya que la forma de enfrentar el virus ha sido mucho más efectiva, en  los países occidentales el estado pareciera que tiene que tomar medidas autoritarias para que las personas no salgan de sus casas. En algunos países latinoamericanos las medidas para asegurar el distanciamiento social incluyen la militarización y la intervención policiaca, a pesar de que algunas personas hacen un llamado a no olvidar los derechos humanos se coloca como prioridad  asegurar que la pandemia no se extienda más ya que podría implicar la muerte de una gran cantidad de personas que forman parte de la población. Si bien estamos viviendo una crisis, el estado se ha fortalecido por lo menos a lo que se refiere a cuestiones de vigilancia.   
La corporalidad y el COVID-19
El cuerpo es lo que permite que los sujetos se relacionen socialmente, sin embargo al seguir las medidas de sanidad que implican el distanciamiento social algunos grupos de personas (por ejemplo los estudiantes o los trabajadores que pueden trabajar desde casa) ya no pueden relacionarse de forma corporal, la interacción social se está dando de forma distinta. La tecnología ha sido una parte indispensable para que las personas que pueden quedarse en casa ya que les permite continuar con sus actividades desde la distancia. Ahora los y las estudiantes toman clases virtuales al mismo tiempo que las y los trabajadores dedican su jornada laboral al “home office”. Una parte de la población debido a la cuarentena solo sale para hacer actividades indispensables como la compra de despensa, las personas que salen a la calle tienen que usar cubrebocas de forma obligatoria ya que pueden ser acreedores de sanciones o  el impedirles el acceso a los medios de transporte colectivo. Continuamente nos recuerdan que tenemos que lavarnos las manos, no tocarnos la nariz ni los ojos e incluso si tenemos que salir a la calle tener el cuidado de cambiarnos de ropa y zapatos al llegar a casa, como individuos también han cambiado nuestras rutinas diarias. La distancia social no es solo quedarse en casa sino cambiar las formas de relacionarse socialmente en los espacios públicos ya que a pesar de que las personas se encuentren fuera de sus casas no interactúan de la misma manera sobre todo lo que comprende a la corporalidad. 
Estamos viviendo una época de cambios que comprenden varios aspectos de nuestras vidas tanto de forma social como individual. Ya no interactuamos de la forma que lo hacíamos cotidianamente, los conocimientos que creíamos tener acerca de la sociedad ya no nos sirven del todo.
A modo de conclusión creo que en un momento como este surgen muchas preguntas respecto a la reproducción de la vida en una estructura global y capitalista. Algunas personas solo pueden interactuar a través de pantallas mientras que otras tienen que salir con todos los riesgos que implica porque necesitan trabajar para alimentarse mientras que otras se quedaron sin trabajo por la cuarentena. Es un buen momento para hacer un análisis de la realidad que nos rodea y ser conscientes de que a pesar de estar dentro de una estructura globalizada las experiencias de los sujetos son diversas y no todas las naciones están pasando por lo mismo en esta situación de crisis

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