El
autor comienza enfatizando que es cada vez más necesario que las ciencias se
apeguen al paradigma de la complejidad dado que solo éste podría brindarnos un
conocimiento completo, profundo del ser humano, es decir la ciencias sería
capaz comprenderlo sin limitaciones.
Se
apela a que evidentemente son varias las disciplinas que han demostrado que la
realidad es mucho más compleja de lo que se podía concebir.
Se
habla de que todos los fenómenos son complejos porque parten de estructuras y
sistemas dinámicos, caóticos, irregulares tanto como regulares y contradictorios. Algo que se debe señalar
es que estas características son manifestaciones físicas, psicológicas y
sociales de la realidad compleja.
Con
lo anterior el autor expone que no existen realidades ordenadas, por lo que se
entiende que la realidad compleja es diferente y de cierta forma opuesta a la
realidad simplificada que intenta siempre buscar los aspectos como el orden, la
perfección, la armonía del ser humano y lo que lo rodea.
Concluyo
mencionando que evidentemente las propiedades del paradigma de la teoría de la
complejidad son claves para dar cuenta del comportamiento cotidiano del
hombre.
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