Carlos Fernando Rubio Pérez
6to. Semestre
Realidades complejas
“Corre,
Lola; ¡corre!”
La
película nos muestra algunas de las decisiones que podemos tomar y que, bajo
esas decisiones, podemos hacer uso de por ejemplo: emociones, experiencias,
etc.
A
veces, las emociones, por ejemplo, nos hacen tomar decisiones inesperadas. Por
ejemplo, Lola es involucrada en un asunto que a ella no le corresponde, pero
por cuestión del “amor hacia su pareja” lo hace. En esto me quedo reflexionando
un poco, y apunto algo que decía Aristóteles en su Ética Nicomaquea, en donde propone la medianía en nuestras acciones
para ser razonables.
¿Qué
tanto usamos nuestra razón o, mejor dicho, dónde podemos encontrar la razón
bajo estos parámetros “pasionales”? La pasión nos hace, a veces, perder el
rumbo. Y es, en ocasiones, traicionera. Pero, qué es la razón sin los
sentimientos y emociones involucradas. La razón se basa en la conciencia, si
no, no serviría de nada. Es entonces que, podemos preguntarle a Lola: ¿te
sirvió haber sufrido demasiado? Yo pienso que sí. Pues eso le construyó una
experiencia más. Su razón, por así decirlo, fue reconstruida, y puesto que fue
reconstruida, tal vez pueda pensar las cosas.
Así
nosotros. Cuantas veces nos vemos involucrados en algol, y el temor de no poder
hacer las cosas, o de no hacerlas como deberían de hacerse, dejamos pasar la
oportunidad de hacerlo. Creo yo que es un buen método, pues así sabremos tomar mejores decisiones, conocernos a
nosotros mismos con más profundidad y con más benevolencia.
Otra
de las cosas que alcanzo a ver en la cinta es la cuestión del tiempo. El tiempo
es de suma importancia, pues hace que tomemos decisiones de manera más rápida.
El tiempo –establecido bajo los parámetros del sistema- hace que no nos
detengamos y empecemos a hacer, mas –y con esto termino- ¿qué tan bien nos hace
pensar en el tiempo? Hay una canción que me gusta que dice “el tiempo, a veces
amigo del Hombre, todo lo deja atrás”. Pero, ¿cuál tiempo?
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