domingo, 9 de febrero de 2020

Corre, Lola, Corre: Decisiones-acciones complejas

Carolina Ojeda Aldrete

Más allá de querer hacer una reseña sobre el filme ‘Corre, Lola, Corre’, este texto se inspira a partir de la trama de la película. A diario tomamos decisiones –consciente o inconscientemente– que pueden significar todo o nada en nuestras vidas o repercutir en la de otras personas, pero, ¿realmente nos detenemos a analizar una por una las decisiones que hemos tomado? Desde saber qué refresco comprar, que camión tomar o hasta elegir una carrera para estudiar, terminan siendo decisiones que se convierten en acciones para reflejarse en nuestra historia de vida.
            La película plantea que desde una simple decisión de ir por un camino, hasta saber de dónde sacar 100,000 marcos puede depender de la sobrevivencia de los protagonistas; tal vez en nuestra cotidianidad no se presenten situaciones tan drásticas –¿o si?– pero a partir de esta idea me puse a analizar un día completo para entender lo complejo de la realidad y entender que lo cotidiano puede ser trascendental.
            Narrando esta idea, hoy domingo decidí levantarme un poco más tarde de lo habitual, posteriormente desayunar y hacer algunos deberes domésticos, creo que no fueron tan complejas ni decisivas mis acciones. Sin embargo, todo cambió al salir de mi casa con dirección a una plaza comercial y justamente cuando estaba en la esquina para cruzar la avenida pasó el camión, tuve que esperar 20 minutos aproximadamente. Esta espera inesperada trajo consigo que no alcanzara a ver cierta película, pero pude entrar a otra que me interesaba, probablemente el destino era que viera esa.
            Posteriormente de salir del cine entré a una tienda de zapatos y me terminé comprando unos a pesar de que suelo cargar con el dinero justo hoy llevaba un poco más. Despu
és de esa inesperada compra, entré al supermercado para comprar la cena. No tuve que esperar mucho para tomar el camión, que por “suerte” logré subirme a pesar de la multitud. Sé que son decisiones rutinarias, o nada fuera de lo común como decidir que banco asaltar, pero tal vez gracias a esos zapatos que me compré pueda sentirme a la moda o probablemente el jamón del Soriana me provoque algún malestar estomacal que me impida ir a clases y repruebe el semestre, las decisiones se reflejaran.
            Entonces, a partir del filme, las reflexiones que hago a partir de mis acciones son más profundas, me hace entender que nuestra realidad está entrelazada, que somos parte de un todo –algo mítico llamado sociedad–, presente en la rutina que parece no tener fin. Tal vez algún día me gane un millón de pesos en un casino.

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