domingo, 24 de mayo de 2020

Run Lola, run



Corre Lola, corre (1998)


Las posibilidades del camino de Lola parecen perpetuas. Como si se tratase de una vida con aires de espiral en la que no podría haber un número exacto de posibilidades de qué pudo haber pasado. 

Cada segundo, pasa paso, cada persona, cada decisión puede cambiar la posibilidad de estar. Sin embargo, nada mas pasó que lo que tuvo que pasar. Ni un segundo más, ni una gota de sudor mas, ni una moneda más. Aunque el filme nos ofrece diversas tomas en las que Lola se apropia de diferentes posibilidades el pasado es irreductible. Y llegar o no llegar al final de su camino era algo que no podía cambiar ya estando allí. Entonces ¿Cuál de todas las versiones nos parece una mejor versión? Que mas da. Al final solo hay una. Así como en la vida fuera del filme, solo que acá no podríamos saber con exactitud qué cosa ocurriría del haber tomado diferentes caminos. 

Han escuchado esa frase cliché “el hubiera no existe”, existe porque pude escribirla, pero no existe porque no se puede cambiar la presencia del pasado. Al menos nuestros conocimientos nos dan para eso, quién sabe que hay mas allá de los conocimientos objetivos científicos que son donde se fundamenta la explicación de la vida
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Entonces la genialidad de la fuerza que le permite a Lola correr para llegar a donde deba llegar, y entonces no cambiará nada, y del filme.

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