Hace un par de días leía un artículo
y escuche una charla de Raúl Zibechi sobre su opinión y análisis de la situación
mundial que estamos viviendo por la pandemia de coronavirus.
Tanto en la charla como en la
lectura Raúl Zibechi habla sobre el tema de mayor importancia a nivel mundial,
el coronavirus. Quizás para muchos puede ser un poco fastidioso que sea del único
tema que abordan a través de todos los medios, pero claro está que este hecho
es un hecho histórico y se tiene que abordar de todas las formas posibles.
Zibechi lo analiza en un
contexto político-económico, hace una comparativa de los diferentes países, la
manera en la que los gobiernos manejaron la pandemia, el impacto que tuvo en la
salud de la población, en la economía y movilidad de los mismos.
Hace énfasis en el hecho de
que en países asiáticos el impacto en economía no fue tan gravoso como lo será en
la unión europea y América Latina, menciona que es China fue necesario el
aislamiento total de dos ciudades y el paro total de producción, pero que el
resto del país se encargó de brindarles apoyo para superar es mala racha, en
Japón no fue necesario para las la producción, aquí considero de suma
importancia para el éxito de la medidas precautorias la cultura, educación y
gobierno de estos países, es bien sabido que los asiáticos son personas
ordenadas, tienen un régimen político que de una forma u otra los obligada a
llevar un ritmo de vida particular. El estado se organizó de una manera en la
que la economía del país pudiera reactivarse rápido pasado el primer brote de
contagios de coronavirus.
Muy diferente a la manera en la que lo manejó
Boris Johnson el primer ministro de Reino Unido, al inicio de la contingencia,
él no tomó medidas precautorias pues decía que era mejor que se enfermaran
todos los que se debían enfermar y así adquirieran la “inmunidad” al virus y que
se murieran los que debían morirse, como una especie de “selección natural”, pero avanzada la crisis, estudios revelaron
que una persona no genera inmunidad al virus, se presentaron casos donde un
paciente ya recuperado de coronavirus volvía a contraer la enfermedad. Ahí fue donde
implemento de manera tardía el confinamiento de la población, en este punto el
número de contagios ya era muy alto y derivó en un colapso del sistema salud.
No solo el sistema de salud se
vio afectado, Reino Unido es un país importador de alimentos, sumando la
reciente aprobación del Brexit y esa incertidumbre que ya se tenía sobre el
futuro económico de país, complicó más la situación, era verdaderamente triste
la situación los supermercados estaban completamente vacíos, la comida solo se
conseguía on-line con una fecha de entrega 15 días posterior a la compra y con
un límite de artículos en cada compra sin importar la cantidad de personas que
habitaran en ese domicilio. Nadie puede salir de casa, solo para lo
indispensable y solo un integrante por familia, las multas por salir son muy
elevadas.
El punto en Reino Unido llegó
a ponerse tan crítico que el estado envió cartas a la población en busca de voluntarios
para centros de cuidados de personas contagiadas por coronavirus, los médicos ya
estaban infectados y muchos de ellos ya habían muerto por complicaciones, incluso
Boris Johnson fue uno de los pacientes críticos de coronavirus, de la familia
Real el príncipe Carlos dio positivo y como ellos muchos más, a pesar de la
horrible situación que se vivía semanas pasadas en Inglaterra, la población se mantenía
“en calma” siguiendo las medidas de confinamiento, no hay fecha posible para el
término del aislamiento pero están seguros que para Reino Unido así como para
el resto del mundo nada será igual.
En cambio en Estados Unidos, otro
de los países más afectados como Italia y España, la situación es muy
diferente.
El número de muertos llegó a
un topa de 2000 diarios, el colapso del sistema de salud, de la producción y la
economía del país van de la mano, los cuerpos de los contagiados por
coronavirus son cremados lo más rápido posible para evitar situaciones como la
que se vive en Ecuador, donde se están tomando medidas de emergencia, los
cuerpos son cremados en la calles o el estado está repartiendo ataúdes de
cartón, en Estados Unidos los servicios de cremación trabajan sin descanso, en
los hospitales los cuerpos son apilados y congelados en lo que llega su turno
para ser cremados. El comercio y la producción se están viendo gravemente
afectados, la economía de las familias está
en números rojos y pareciera que a su presidente Donald Trump lo único que le
preocupa es reactivar el comercio, poco habla de los muertos y de los miles de
contagiados, quiere terminar de una manera rápida y drástica con el
confinamiento, la población teme un caos y un ola de violencia, sumando la
reciente decisión del presidente de retener el financiamiento para la OMS (Organización Mundial de la Salud) por una
supuesta “mala gestión y encubrimiento de la expansión del coronavirus” hacen
que Estados Unidos pierda potencia a nivel mundial, dejando muy en claro el
objetivo y la visión que tiene Trump ante situaciones verdaderamente preocupantes
Es para mí angustiante la
situación de nosotros los mexicanos, como mencionaba Zibechi, en América Latina
no contamos con fondos o programas de
paro laboral como en países europeos, en México como en la gran mayoría de países
de América central y América del sur un alto porcentaje de empleos son
informales. Gran parte de la población tiene un empleo informal y vive al día, podría
asegurar que todo conocemos mínimo una persona que en este confinamiento está
sufriendo por sobrevivir la situación, muchos otros se arriesgan y salen a
trabajar vendiendo artículos con entrega a domicilio y con el riesgo de contagiarse o recibir una
multa. El comercio en México está afectado de una manera irreversible. Terminando
el aislamiento muchos negocios no volverán a abrir, la tasa de desempleo
aumentará considerablemente.
Tomando en cuenta el sistema
de salud tan deficiente que siempre hemos tenido y el que aún no alcanzamos el
tipo máximo de contagios me preocupa la situación que se pueda venir, desde un
inicio la cultura que tenemos en México del típico “a mí no me pasa nada” hacen
que esto pueda complicarse más, algunas grandes empresas de producción se “ampararon”
para no suspender labores como es el caso de Jabil, que las únicas medidas de prevención
de contagios es tomar la temperatura de los empleados al ingreso a la planta y
un cubre bocas, la distancia entre empleados no existe, siguen trabajando uno a
un lado del otro.
Una ventaja que tenemos en
México es que es un país productor, podemos vivir fácilmente con lo producido
en tierras mexicanas, pero si volteamos nuevamente al tema socio-cultural y el
estado, desde semanas atrás se ha dejado ver en redes sociales que cierto grupo
de personas que no respetan las medidas de confinamiento y siguen haciendo
reuniones en casa y fiestas a puerta cerrada otros que incitan a los saqueos, en
lugar de apoyarnos y cuidarnos entre nosotros, apoyar el comercio local unos
con otros, hacemos todo lo contrario, seguir afectándonos unos a otros, si
vemos que por parte del estado no hay un apoyo real, que las medidas son
tomadas solo para beneficio publicitario y de poder, concuerdo con Zibechi que
hay que unirnos y crear redes de apoyo.
Sabemos que en México vamos
muy atrás de otros países en el ciclo de la pandemia y que aún no llegamos a
parte más crítica así que el futuro cercano de nuestro país a mi parecer es
alarmante.
La pandemia no solo nos está
afectando de manera económica y de salud física, sino también en el medio
social y emocional. La vida como la conocíamos cambio de la noche la mañana,
las escuelas están cerradas, está restringido el contacto físico entre las
personas.
Las relaciones sociales están encasilladas
a los medios de comunicación tecnológica y redes sociales, al igual que el
sistema de educación. Ahora todo debe ser transmitido por medio de plataformas
y hace más complicada la interacción entre los integrantes del círculo social.
Todas las observaciones se
tienen que realizar a través de una pantalla y es nuestra única mirada al mundo
exterior que podemos tener.
Pero tampoco considero de que
todo sea malo, con este confinamiento siento que las familias podrán reunirse
nuevamente, en la actualidad vivíamos tan a la carrera siempre, con tantas preocupaciones y actividades diarias que nos olvidábamos un
poco de esos que siempre han estado ahí, bajo el mismo techo, la era tecnológica
los unió tanto a los que estábamos lejos pero nos separó de los que tenemos
cerca así que podemos tomar esto como una nueva oportunidad de unirnos como
familias y no olvidando ese respiro que se le dio al planeta, la recuperación
de ecosistemas y la reproducción de especies en peligro, la mejora en la capa
de ozono, la reducción de la contaminación entre otras. Espero que esto también
nos sirva con conciencia social para darnos cuenta que nosotros somos el
problema más grande del medio ambiente.
Raúl Zibechi
Charla Una mirada global Zibechi